El Grec viaja por la Ruta de la Seda y se centra en Asia
El festival, con 83 espectáculos, se inaugurará con una versión del poema de Gilgamesh por Oriol Broggi y en el cartel figuran Akram Khan, la Cloud Gate de Taiwan, Jan Fabre y Milo Rau
El festival Grec (del 2 al 31 de julio), que ha presentado este viernes su nueva edición, prosigue su viaje hacia el Este y la luz iniciado el año pasado, que le llevó a fijarse especialmente en su programación en el Mediterráneo y Grecia, y toma este año como eje argumental la Ruta de la seda, para adentrase en Asia y llegar hasta el Extremo Oriente con sus propuestas. Entre ellas, el regreso al festival del Cloud Gate Dance Theatre de Taiwan, una de las grandes compañías de danza contemporánea asiáticas, con un espectáculo sobre música de John Cage; la presentación de “la Pina Bausch de Seul”, la coreógrafa Eun-Me Ahn, que ofrecerá un montaje en el que bailan abuelas coreanas, el montaje de danza kathak y contemporánea de Akram Khan Xenos, sobre la experiencia en las trincheras de la I Guerra mundial de uno de los soldados coloniales indio enviado a luchar al frente del Oeste, o la maratoniana obra que montará en Barcelona (CCCB) con el Teatro de los Sentidos sobre El arte de la guerra, de Sun Tzu, Tang Shu-wing, “el Mario Gas de Hong Kong” (!).
Junto a esta línea argumental asiática, el festival, que se coloca bajo el lema “Nuevas especies” (jugando con la idea de las especies que llegaban por la Ruta de la Seda y también con la idea de hibridación artística), ofrece muchos otros espectáculos en una programación variada y atractiva (83 espectáculos frente a los 102 del año pasado) que incluye nombres como los de Jan Fabre, que presentará su maratoniana (3,55 horas) Belgian rules, una obra sobre su país que no deja de entrar en el tema del conflicto nacionalista flamenco y que sonará muy especialmente en Cataluña; la directora británica Katie Mitchell, que lleva a escena con la Schaubühne de Berlín una obra de la Nobel Elfriede Jelinek en la que Euridice escapa de un Orfeo maltratador; o Yoann Bourgeois (Minuit), uno de los grandes renovadores del circo europeo.
El festival (el 42ª) se inaugura oficialmente en el anfiteatro Grec el 2 de julio con el montaje que preparan Oriol Broggi y la compañía La Perla 29 sobre el poema de Gilgamesh, el gran clásico mesopotámico. Pero tendrá un prólogo en el mismo anfiteatro y de la mano del festival Sónar (que cumple 25 años): un concierto de Ryuchi Sakamoto y Alva Noto (que acaban de publicar un nuevo álbum juntos) el 17 de junio. El festival se clausurará el 31 de julio con el Filoctetes de Antonio Simón que se estrenará en Mérida.
La creación local está ampliamente representada en el programa, con algunas citas muy atractivas: el montaje que hará Pere Arquillué de dos piezas de Václav Havel (Villarroel), una nueva dirección de Sílvia Munt, La resposta, de Brian Friel (Goya); o Humans, de Stephen Karam, por Mario Gas, el de verdad (Romea). También en el Grec Ciutat (para diferenciarlo del Grec Montjuïc, donde el director, Cesc Casadesús, concentra sus propuestas más personales) un nuevo espectáculo de Sergi Belbel en la Beckett y la recuperación del Vania de Àlex Rigola en la Muntaner.
Montones de otras cosas interesantes en la programación: Pat Metheny (Grec, 7 de julio), Rocío Molina (embarazada) con su madre y Sílvia Pérez Cruz, Milo Rau, Rhumans (nueva incursión circense de Rhum & Cia), Là, de Baró d’evel, el Cirque Alfonse de Québec (Tabarnak), un espectáculo de Albert Pla, IT dansa, Agrupación Señor Serrano, Andrés Corchero con gente de Mim Tanaka, un concierto de cantos mongoles, un pequeño homenaje a Carles Santos, Lídia Pujol recordando a Raimon Panikkar, Eva Yerbabuena acercándose a las tradiciones del Japón... A ver qué será la propuesta participativa El monstruo en el laberinto, con cantantes y músicos profesionales pero también amateurs que convierten en ópera la historia de Teseo y el Minotauro (Grec, 15 de julio). Habrá actividades gratuitas en la plaza de Margarida Xirgu, entre ellas un picnic abierto para probar recetas de las comunidades asiáticas de Barcelona (amenizado por un DJ de música de Bollywood) así como un Grec del paladar con cursos de cocina asiática por parte de artistas. También un programa de radio sobre Asia a cargo de Joan Ollé.
El Grec de este año ofrece 384 funciones de 83 espectáculos (45 en el Grec Montjuïc –anfiteatro, Mercat de les Flors, Lliure y plaza de Margarida Xirgu) y 38 en el Grec Ciutat, y pone a la venta 144.314 entradas. Por géneros, hay 22 espectáculos de teatro, 17 de creación, 25 de música, 11 de danza, 6 de circo y 2 de cine. Un total de 34 espectáculos son coproducciones (el 41 %) y 33 son propuestas internacionales (40 %). Se han programado 15 actividades paralelas repartidas en 30 espacios de la ciudad con la finalidad de expandir el festival a los barrios y distritos. El presupuesto es de 3 millones de euros, dos dedicados a la faceta artística y de ellos 1 al apoyo a las producciones. Este año se han cambiado las butacas del anfiteatro, para mejor, confiemos.
La alcaldesa Ada Colau, ha destacado que en un 46 % de los espectáculos hay presencia de como mínimo una mujer en labores de autoría, dirección o coreografía.
Para Colau, que se felicitó por la llegada de la primavera, el Grec es uno de los acontecimientos culturales más importantes de la ciudad y es parte de su filosofía en este mandato que, como otras manifestaciones, no solo tenga lugar en espacios céntricos sino que llegue a todos los barrios de la ciudad. La alcaldesa ha reflexionado que “llevamos meses muy difíciles”, refiriéndose al atentado, las “dificultades políticas”, el “retroceso democrático” y la “excepcionalidad política que no querríamos”. Pero “la ciudad no se detiene”, ha dicho, y es “en su diversidad una comunidad completamente abierta al mundo”. El Grec constituye, ha continuado, un buen momento para “sin obviar los problemas”, mostrar la fuerza creativa de la ciudad.
El comisionado de Cultura, Joan Subirats, ha insistido en el esfuerzo que se ha hecho para conseguir la presencia del festival en los barrios y el énfasis que se ha puesto en que participen comunidades de Asia (y otras) arraigadas en la ciudad. Ha mencionado la programación de poesía pakistaní mushaira, de gamelán indonesio, de colectivos gitanos de la Mina y Poble Sec. Y ha destacado que no está en contradicción programar esas actividades con el esfuerzo por la calidad del festival, pues la tienen.
Por su parte, Casadesús ha recalcado que un buen festival se caracteriza “por su capacidad de tejer alianzas y complicidades con todos los sectores de la ciudad” y ha desarrollado esa idea de viaje a Asia que caracteriza la nueva edición y que la lleva ya hasta Singapur. Su idea de viaje se centra en la propuesta de un diálogo entre Oriente y Occidente más que en mostrar el exotismo de Asia, ha recalcado, y en mostrar la propia hibridación de la cultura del continente. Entre los temas, el concepto de belleza de Asia, la tecnología, el colonialismo, la idea propia de democracia y la nueva economía. En el capítulo musical ha reconocido un cambio de modelo que evite los conciertos de relleno.
¿Festival internacional o fiesta de barrio?
En la presentación del Grec se ha podido percibir cierta tensión entre dos modelos de Grec, que seguramente no son del todo antagónicos pero tampoco armónicos. El director, Casadesús, aunque tiene una gran capacidad para el pacto, apuesta claramente por la calidad y la excelencia artística, y la centralidad, mientras que el comisionado Subirats –en la onda de Colau- parece obsesionado con darle una dimensión antropológica, social y populista, una tendencia que lleva años perfilándose en el Ayuntamiento (en general para lo malo, desde el punto de vista del festival) y que pertenece a una esfera y una lógica que no son desde luego la artística. Habrá que ver el nivel y la relevancia de las propuestas que vienen de ese ámbito y que se han colado en el cartel. Igual nos sorprenden. En todo caso, un festival internacional es un festival internacional y no una fiesta mayor de barrio.
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