El discreto encanto de la utopía
RCR Arquitectes, ganadores del Premio Pritzker 2017, presentan su proyecto para el Pabellón Catalán de la Bienal de Venecia
“No tengo palabras para expresar lo que fue para nosotros 2017 y lo que pasó después de que nos concedieran el Premio Pritzker”. Lo afirmó ayer Ramón Vilalta, una de las dos erres de RCR, un acrónimo —que se completa con Carme Pigem y Rafael Aranda— famoso desde que recibió el mayor premio en el campo de la arquitectura. Por ello, el Instituto Ramon Llull, contraviniendo a la regla de elegir el representante de Cataluña en la Bienal de Venecia con un concurso, este año le ha confiado el pabellón como homenaje a su trayectoria y ellos han decidido llevar a Venecia su sueño.
“No mostraremos la arquitectura de RCR, sino sus deseos más íntimos y profundos”, explicó la periodista Pati Núñez, comisaria con la arquitecta Estel Ortega, de RCR. Sueño y naturaleza, en la presentación del proyecto (este sí, elegido por concurso) que se podrá ver del 26 de mayo al 25 de noviembre en el almacén de barcos que desde 2009 acoge la participación de Cataluña en las bienales de arte y arquitectura de Venecia.
El sueño de RCR toma forma en La Vila, una finca en la Vall de Bianya, cerca de la ciudad de Olot (Girona) donde tienen su estudio. La compraron el año pasado para convertirla “en un espacio de libertad, una utopía en construcción y un laboratorio de pensamiento y creación donde explorar la arquitectura e ir más allá de lo que conocemos”, según Vilalta.
En Venecia el proyecto se plasma en el espacio central de la muestra, una cueva de luces y sombras, donde La Vila se materializa en 55 visualizaciones que mediante lentes y lupas ofrecen visiones fragmentadas y distorsionadas, que se acercan y alejan como en las dinámicas oníricas. Las 55 instalaciones están rodeadas por 6.000 lentes Fresnel, que contribuyen a alterar las percepciones y sumergir el visitante “en un ambiente líquido y sugerente, casi inmaterial, que permite a cada uno construir su propio relato como en los sueños”, según las comisarias. Pese a que no hay un recorrido lineal, la muestra se cierra con un vídeo realizado por la periodista de TV3, Carolina Rosich y el cineasta Isaki Lacuesta.
Nuevos formatos
La aventura veneciana de RCR arrancó ayer en el Colegio de Arquitectos de Cataluña con el ciclo de charlas que se celebrará a partir del 24 de mayo en Venecia. El programa se propone reflexionar sobre los nuevos formatos para exponer y comunicar la arquitectura. Las comisarias han involucrado en el pabellón también ocho escuelas superiores de Cataluña, que contribuyen a la exposición con cinco propuestas audiovisuales cada una, que responden a la pregunta ¿Qué aprendemos de la naturaleza?
Aunque arquitectos y comisarias han afirmado querer huir de la retrospectiva, antes de llegar al espacio del Sueño, el público transitará por el Umbral donde en 15 pantallas flotantes se proyectan otros tantos audiovisuales del fotógrafo habitual de RCR, el japonés Hisao Suzuki, que resumen la trayectoria del estudio. A partir del Estadio de atletismo de Olot, en el que plasman su característico respeto por la naturaleza, se desgranan los frutos de 30 años de unión profesional: el teatro La Lira de Ripoll, la Biblioteca de Sant Antoni de Barcelona, el Museo Soulages de Rodez o el crematorio de Hofheide en Bélgica.
“Al terminar la carrera en 1987, decidimos volver a Olot para establecernos los tres juntos, se consideró una elección curiosa e insólita. En aquellos años parecía imprescindible estar en la ciudad”, recordó Rafael Aranda. Después de 30 años, en La Vila buscan nuevas energías y pese a que no saben exactamente lo que harán, quieren “abrirla lo máximo posible, manteniendo los frágiles equilibrios que permiten una vivencia experiencial”. “Es una utopía, un sueño vivo, algo en cambio permanente, una sombra que se mueve en la niebla”, dijeron.
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