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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Madrid también existe

El autor recuerda que las inversiones del Estado en la región son macroinfraestructuras que benefician a todos los españoles, por lo que reclama partidas concretas que mejoren la vida de los madrileños

Terminal T4 aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas
Terminal T4 aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas© GETTY IMAGES

El próximo día 3 de abril conoceremos las inversiones previstas para la Comunidad de Madrid en el proyecto de presupuestos del Estado para 2018.  En el debate sobre la distribución de inversiones del Estado, Madrid está considerada como una región privilegiada. Y es cierto que esta región se sitúa por encima de la media en las grandes referencias estadísticas del PIB o la renta per cápita.

Ahora bien, buena parte de las grandes inversiones apuntadas a Madrid se concentran en muy pocas infraestructuras de interés para todos los españoles, como el AVE o Barajas. Además, la inversión estatal ha caído en Madrid desde la media anual de 2.289 millones de euros en el periodo 2008-2011, a la media de 1.035 entre 2012 y 2017. De hecho, la inversión regionalizable per cápita en Madrid fue de 155,49 euros en 2017, por debajo de la media nacional (184,66).

Y es verdad que más allá de grandes estaciones y aeropuertos, la ciudadanía de Madrid, como el resto de los españoles, necesita del apoyo del Estado para impulsar su desarrollo económico, sus buenos empleos y su calidad de vida.

Serán bienvenidos los recursos para seguir ampliando la red de la alta velocidad ferroviaria, pero el empleo y el bienestar cotidiano en nuestra región dependen aún más del adecuado mantenimiento de las Cercanías ferroviarias, que utilizan a diario un millón de personas y que sufren averías constantes. Faltan 2.000 millones y 2.000 empleos para que las Cercanías funcionen bien. Y falta cumplir aquel plan de extensión y mejora que se firmó en 2009 y que nunca se ejecutó, por ejemplo para la llegada del tren a Soto Del Real, a Mejorada, a Villaviciosa, a Arroyomolinos y Navalcarnero.

Claro que celebraremos las mejoras en el aeropuerto, pero las carreteras del Estado en Madrid llevan largo tiempo abandonadas. Están pendientes las ampliaciones de la A5 hasta Navalcarnero y de la A1 en el embotellamiento de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. Y en la A4 se esperan desde hace años los accesos, los pasos elevados y las pantallas acústicas pendientes. Y en la A3 falta iluminación al paso por Rivas. Y en la A2 se requieren nuevos accesos desde la M-40. Y en la A6 se demanda prolongar el carril bus-VAO...

Montoro debe pensar también en el bienestar de la ciudadanía madrileña, sus comunicaciones, su medio ambiente, su vivienda y su empleo, cuando proyecte y presupueste las grandes operaciones urbanísticas de Chamartín, Campamento, Abroñigal, la antigua cárcel de Carabanchel o el centro logístico de Aranjuez. Porque el podemismo capitalino suele alternar sus celebrados tuits anticapitalistas con un trato entre cordial y cómplice con instituciones tan dudosamente revolucionarias como el BBVA (Chamartín), OHL (Canalejas y Ciudad Deportiva) y Dragados (Paseo de la Dirección).

De las inversiones del Estado también dependen las limpiezas pendientes en los cauces de nuestros ríos, el apoyo a los municipios en torno al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, las oficinas pendientes de la Seguridad Social, las comisarías de la Policía Nacional y los cuarteles de la Guardia Civil por remodelar.

Madrid no es la Comunidad con menos recursos de España y su ciudadanía participa de los valores de la solidaridad con el resto de los españoles. Pero todo esto no obsta para que reclamemos del Estado, también aquí, aquellas inversiones que necesitamos y nos corresponden, por justicia.

Rafael Simancas es diputado socialista por Madrid

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