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Las bandas de moteros: un riesgo emergente

Un asesinato a manos presuntamente de Hells Angels es el primero entre grupos moteros en Cataluña

Rebeca Carranco

Los dos amigos circulaban en caravana con sus motos. Álex iba delante. En su casco, en su chaleco y en su camiseta se podía leer: Renegados Moto Club. Desde hacía un tiempo, era el secretario. Al llegar a un semáforo, Álex se colocó al lado de una Harley. La conducía Jaume C., de 22 años, un prospect (aspirante) a Hells Angels. Los dos se conocían, habían tenido algún encontronazo, e iban a  la misma reunión de moteros que se celebraba aquel domingo 24 de septiembre, el Speed Fest, en Castellar del Vallès (Barcelona). El amigo de Álex vio cómo se decían algo y ponían rumbo a un polígono industrial. Bajaron, se quitaron los cascos y la emprendieron a golpes.

A las seis de la tarde, Álex, de 49 años, estaba tirado en el suelo, inconsciente, con la cabeza abierta probablemente con un bate de béisbol. Sobrevivió tres meses en coma inducido hasta que el pasado 9 de diciembre murió. El asesinato de Álex es el primero que Mossos atribuye a grupos moteros en Cataluña, explica el jefe de la unidad central de bandas criminales. La policía sospecha que el móvil es la intención de los Hells, conocidos como Ángeles del Infierno, de controlar al resto de bandas moteras, que califica como un “riesgo emergente”. “Hay un cambio generacional, ingresan en el grupo personas con carácter más violento, más jóvenes, que intentan hacerse valer”, explica el sargento de Mossos.

La pelea se inició precisamente con un joven aspirante a Hell. Jaume, el aspirante, sacó un cuchillo a Álex y amenazó con llamar a refuerzos. “Vámonos”, insistió el amigo de este, que al ver que no le convencía, arrancó su moto y se marchó. A lo lejos, distinguió cómo llegaban dos coches al polígono. Al volante del primero iba el sargento de armas de los Hells, Sergio C., de 33 años; en el otro, su tesorero, Alfonso F., de 44. Los Mossos acusan a los tres, miembros del capítulo de Sabadell, bautizado como Nomads, de matar a golpes a Álex. Fueron detenidos el pasado miércoles y el viernes ingresaron en prisión por orden del juzgado de instrucción 1 de Sabadell. Su abogado ha declinado hablar con este diario.

Álex S., del club Renegados, que murió asesinado,
Álex S., del club Renegados, que murió asesinado,

El tesorero de los Hells de Sabadell, Alfonso F., ya fue detenido en noviembre del 2016, acusado extorsionar a un tatuador de Tarragona, con quien presuntamente la emprendieron a martillazos por rencillas personales. Alfonso F. solía lucir un pin con un martillo, que amedrentaba a sus propios hermanos moteros. El martillo es un arma emblemática entre los Hells, y un pin de ese estilo implica que ha sido usada contra algún enemigo. Los Mossos encontraron diversos en el registro de su sede el miércoles, en Sabadell, además de varios chalecos del club. Pero no apareció el de Álex. Cuando ya estaba moribundo en el suelo, Alfonso F. se lo quitó, a modo de trofeo. Después intentó llevarse su moto, pero no logró arrancarla.

El asesinato de Álex tiene atemorizado a su entorno. Su pareja y amigos han declinado hablar con este diario. Incluso los Renegados de Reus, compuesto por una decena de personas, han asegurado a los Mossos que se han disuelto. No quieren problemas. Hacía poco que el club había dado el paso de ser un moto group, sencillamente amigos que salen los fines de semana, a un moto club, una especie de profesionalización que les da acceso a encuentros de moteros de más entidad. Ese, sospechan los Mossos, fue probablemente el inicio de los problemas. Los Renegados formaban parte de la Alianza de Moto Clubs, liderada por los Hells. El organismo dirime problemas entre los grupos para que no degeneren en enfrentamientos. La policía catalana cree que los Renegados querían salir, ir algo más por libre, pero no osaban por temor a los Hells, que ostentan el poder de forma oficiosa.

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Una decena de clubs

En Cataluña, hay una decena de moto clubs. Las dos bandas principales, Hells y Bandidos, firmaron un pacto de no agresión, con repartición de zonas: la parte de la costa brava, de Girona, tiene más presencia de Bandidos; el área metropolitana, de Hells Angels. En total, son unas 80 personas, y la mitad de media tiene unos 60 años. “La situación está controlada dentro de unos límites”, dice el sargento de Mossos. “No se puede evitar que pueda haber encontronazo o una agresión”, admite, pero no actúan de forma planificada, como pasa en algunos países nórdicos.

La investigación de Mossos también ha detectado que los moteros “han dado el paso a la marihuana”, la droga de moda en Cataluña. “Normalmente, estaban vinculados al tráfico de cocaína”, explica el sargento. Y advierte de que el hecho de que “tanto Hells como Bandidos tengan una estructura mundial” facilita que se “cultive y trate” la droga en España, y después se traslade por carretera a países nórdicos. “Hemos visto y se han hecho detenciones en tránsito en Francia”, advierte, sobre la posibilidad de que se establezca una ruta estable de exportación de esta droga.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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