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TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Estimulante juego de actrices

Clara Segura, Marta Marco y Cristina Genebat muestran la fuerza de la amistad en 'Les noies de Mossbank'

Una escena de 'Les noies de Mossbank Road'.
Una escena de 'Les noies de Mossbank Road'.

En su segunda pieza teatral, Di and Viv and Rose, la actriz y dramaturga británica Amelia Bullmore explica la historia de una amistad protagonizada por tres chicas que comparten piso de estudiantes en la londinense Mossbank Road. Son tan distintas como sus anhelos e inquietudes, pero su relación desafiará el paso el tiempo. Cristina Genebat (Viv), Marta Marco (Di) y una inmensa Clara Segura (Rose) disparan la carga vital de esta exitosa obra —Les noies de Mossbank Road,en versión catalana de Roser Batalla— que La Villarroel estrena en un montaje de Sílvia Munt tan divertido, emotivo y duro como la vida misma.

LES NOIES DE MOSSBANK ROAD


De Amelia Bullmore

Traducción: Roser Batalla. Cristina Genebat, Marta Marco, Clara Segura. Directora de escena: Sílvia Munt. La Villarroel. Barcelona, 12 de diciembre.

Bello montaje y magnífica en su sencillez la escenografía de Enric Planas, la iluminación de Sam Lee y los audiovisuales de Raquels Cors y Daniel Lacasa, con una carga poética que ilumina las paredes del desnudo escenario con dibujos en tiza que evocan espacios de encuentro —una estación de trenes, una casa en el campo, un apartamento en Nueva York— en los que afloran los sentimientos de tres amigas que encarnan tres maneras distintas de entender y sentir la vida.

Pocos y bien usados elementos —un teléfono, tres sillas, un sillón, un ventilador de pie, y poco más—, delimitan la casa de Mussbank, acierto que agiliza los cambios de escena y tiempo que recorren casi tres décadas de relación, con los felices y rockeros años sesenta, reflejados con gracia por el colorista vestuario de Antonio Belart, como punto de partida. Ver el rastro de sus vivencias en esa pizarra de emociones y recuerdos es la joya escenográfica del montaje.

Hay giros dramáticos que ponen a prueba los vínculos de amistad en un texto que, sin renunciar a la carga feminista, es un canto a la amistad como refugio de vidas compartidas. Y, aunque Bullmore abusa de estereotipos al perfilar el desenfrenado apetito sexual de Rose, el feminismo radical y la pedantería de Viv o la homosexualidad y rabia de Di, escena a escena, vemos cómo se va forjando esa complicidad que acabará uniéndolas tras recibir duros golpes de la vida.

Clara Segura está radiante, pasa de la sonrisa juvenil a la tristeza y el desencanto de la madurez con armas de actriz portentosa en los gestos, las palabras, las miradas. Su papel es un bombón, porque es el que hace reir, aunque se intuya la infelicidad que le espera.

Cristina Genebat perfila bien el lado más borde de un personaje que esconde las emociones bajo un discurso feroz. Al final del primer acto, cuando borra la alfombra que había pintado en el suelo nada más llegar a la casa, se cierra un ciclo vital en una escena memorable. Y brilla Marta Marco en el personaje de registro más dificil; tras los momentos divertidos, sufre la brutal agresión que pone fin al clima de sit-com de felices estudiantes y abre las puertas al drama.

Aunque en algunos episodios asoma el peligro de melodrama previsible, Munt lo conjura con buen oficio y alma de actriz. De hecho, en Les noies de Mossbank Road triunfan cinco mujeres que conocen y aman el oficio de actriz. Por eso merece la pena verlas en acción.

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