El acusado de un atropello mortal en Alcorcón sale con escolta del juzgado
El juicio queda aplazado hasta diciembre por falta de sesiones para celebrar la vista
José Antonio Q. R., de 26 años, y supuesto autor de un atropello mortal ocurrido en las fiestas patronales de Alcorcón en septiembre de 2013, tuvo que abandonar ayer el Juzgado de lo Penal de Móstoles con escolta policial y por la puerta trasera. La familia y amigos del fallecido le increparon por su actitud y por el hecho de que esté en libertad pese a que se enfrenta a una pena de nueve años de prisión. El juicio fue suspendido hasta el 12 de diciembre.
El juicio debía haber comenzado a las nueve y media de la mañana en el Juzgado de lo Penal número 4 de Móstoles, pero el magistrado planteó a las partes una cuestión previa. Al haber 23 testigos y varios peritos, era imposible celebrar la vista en una única sesión. Por eso había previsto su continuación el 7 de julio. Este hecho resultó nuevo para los letrados, que manifestaron que les resultaba imposible realizarlo esa fecha, porque tenían juicios ya marcados.
Pasadas las diez, la letrada de la Administración de Justicia (antigua secretaria judicial) salió al pasillo, que estaba abarrotado de personas. Les dijo que se pasaran por la oficina judicial para entregarles la nueva notificación para el 12 y 14 de diciembre. Ahí es cuando se produjo el incidente entre el acusado, José Antonio Q. R., y la madre y amigos del fallecido. El primero se dirigió a los segundos y les pidió perdón. La progenitora, que estaba visiblemente nerviosa, le reprendió y le recordó que había matado a su hijo al atropellarlo. La tensión fue en aumento, por lo que fue avisada la Policía Nacional destinada a los juzgados. Estos acompañaron al acusado fuera del edificio, escoltado ante el temor de que le pudieran agredir.
Nueve años de prisión
José Antonio Q. R. se enfrenta a una petición de condena de nueve años y seis meses por un delito de homicidio por imprudencia, por cinco delitos de lesiones graves y de conducción temeraria con desprecio a la vida. A ello se une la retirada del carné de conducir por un periodo de 20 años y el pago de indemnizaciones por valor de 460.000 euros a la familia del fallecido y a las víctimas del atropello.
Según el fiscal, José Antonio Q. R. circulaba el 7 de septiembre de 2013 con su BMW 320 por la calle del Olímpico Fernández Ochoa, en Alcorcón. Justo en la intersección con la calle de los Institutos, se concentraban centenares de personas con motivo de las fiestas patronales. El acusado circuló a gran velocidad y “con el más absoluto olvido de las normas de atención y cautela que exige la conducción”. Arrolló a dos personas, que resultaron heridas.
Tras el atropello, el acusado siguió conduciendo “a una velocidad superior a la que exige dicha carretera”, según el ministerio público. Se llevó por delante a A. B. N., colombiano de 30 años, que estaba en la calzada. Impactó contra el parabrisas, tras lo cual cayó al pavimento. La víctima sufrió politraumatismos, con “fractura en la base del cráneo y hematórax masivo”, que le provocaron la muerte.
José Antonio se bajó del coche para ver lo ocurrido. Junto a él se arremolinaron muchas personas, que le increparon. “Pese a que había mucha gente por delante del coche y con temerario desprecio hacia la vida de los demás, arrancó el motor y reanudó su marcha”, dice el fiscal. Atropelló a otras nueve personas. Después denunció que le habían robado el coche para evitar ser detenido. Tan solo ha pasado un mes en prisión.
Sin conexión con el otro juzgado
Uno de los problemas que obligó a suspender el juicio es que uno de los agentes de la Policía Municipal de Alcorcón que peritó el vehículo del accidente tenía que entrar por videoconferencia desde los juzgados de Plasencia (Cáceres). Con lo que no contaba el Juzgado de lo Penal número 4 de Móstoles es que allí era festivo, por lo que era imposible que el agente participara en la vista.
En un principio se pensó que el agente estaba en Pamplona, por lo que la segunda vista del juicio, prevista para el 7 de julio, también impediría su participación. Los abogados propusieron celebrar el juicio ayer en una sesión única, por lo que pidieron continuarla por la tarde. El juez se negó, argumentando que no se podía tener tantas horas a los testigos esperando en la puerta.
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