Decibelios noventeros

No todo está perdido, vale que el reggaeton, denostado por tantos amantes de la música que lo consideran un género menor, puede llenar el sábado el Palacio de los Deportes, o que un artista de lo más comercial, como Antonio Orozco, lo pete este viernes en la Riviera, pues alegra ver que un saxofonista de jazz de la talla del estadounidense Joe Lovano, cuelgue también mañana el cartel de “No hay entradas” en el Auditorio Nacional de Música.

Para los que creen que en el jazz, el blues, en las raíces, el pop con actitud, el rock contundente, la canción de autor, el flamenco o en la copla está la belleza de la música no solo alegra que Lovano arrase, sino que también dos veteranos del saxofón español, coincidan estos días en los escenarios de Madrid: este viernes, en el Bogui el octogenario Pedro Iturralde, precursor de arrimar el flamenco al jazz; y este sábado en el Berlín, Jorge Pardo, considerado hace tres años el mejor músico de jazz europeo.

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Además, hay artistas empeñados en rescatar del olvido el pícaro y sicalíptico cuplé, tan español y que tuvo su auge en las primeras décadas del siglo anterior, y remozarlo con jazz contemporáneo. Esa es la propuesta que lleva este viernes al Berlín De la Puríssima, el dúo que forman el contrabajista Miguel Rodrigáñez y la provocadora vocalista Julia de Castro. Antes que ellos, otra enorme cantante de jazz ocupara ese escenario, Hanne Tveter, que viene de triunfar una semana seguida en el Central. Mientras, el swing también sigue ganando adeptos y violinista Raúl Márquez, el Grappeli español, junta a su grupo Menil para darle al jazz manouche esta noche en el Galileo, sala que mañana acoge a la gallega SES, una mujer que partiendo de la música tradicional de su tierra, se ha decantado por el blues y la canción social. Gallego también es Miguel Costas, un personaje singular, precursor del punk en los ochenta cuando formaba parte del combo vigués de rock más famoso de todos los tiempos: Siniestro Total.

El estruendo sonoro, que todo vale, lo sirve Korn en el Shôko, esa banda californiana de nu metal que empezó a descargar decibelios en los noventa y aún no ha parado. Para el orondo Nick Moss, el blues eléctrico no tiene secretos y con su guitarra arranca esta noche en Clamores el ciclo Gigantes del blues, que continuará mañana con un virtuoso de la armónica como Charlie Musselwhite y su banda.

La cantante argentina Martina Stoessel, se dio a conocer por interpretar a Violetta en la famosa serie de igual nombre creada por la factoría Disney. Con el nombre artístico de Tini Stoessel intenta granjearse mañana en Vistalegre el favor del público más joven.

El finde concluye en el coqueto teatro Coliseo Carlos III de San Lorenzo del Escorial. Un lugar mágico y de ensueño para apreciar mejor a las cantautoras Annie B. Sweet y Luthea Salom y a MOW, en una nueva velada de las fiestas Stereoparty organizadas por el sello independiente madrileño Subterfuge.