El supuesto pederasta de Ciudad Lineal: “Soy inocente, señoría”
Antonio Ángel Ortiz ha dicho que sentía mucho lo que le ha pasado a las niñas, en especial a la menor de origen chino
Antonio Ángel Ortiz, el supuesto pederasta de Ciudad Lineal, ha roto su silencio por primera vez desde su detención el 24 de septiembre de 2014 y ha dicho que no ha cometido ninguno de los ataques de que ha sido acusado. "Soy inocente, señoría", ha concluido el acusado ante de que el juicio quedara visto para sentencia.
El acusado hoy sí está pendiente
Antonio Ángel Ortiz, el acusado de ser el supuesto pederasta de Ciudad Lineal, ha cambiado su actitud en las últimas sesiones del juicio. Si comenzó la vista oral con mucha pasividad e incluso sonriendo en alguna ocasión, hoy está mucho más pendiente de todo lo que dice su abogado. También se ha mostrado más nervioso que en otras jornadas.
Vestido con una sudadera gris con capucha, Ortiz está escoltado por dos policías nacionales que le han quitado las esposas antes de empezar la sesión.
Ortiz ha aprovechado su derecho a la última palabra y ha intervenido durante 17 minutos en los que ha completado el informe final leído durante una hora y media antes por su abogado defensor. El acusado ha sido muy directo: "Siento mucho lo que le ha pasado a esas menores, me parece terrible lo que les ha pasado, en especial a la TP-4 [la niña china agredida el 17 de junio de 2014 en el barrio de Ascao], que no tiene nombre y es una barbaridad. También lo siento por sus familiares".
"No tengo absolutamente nada que ver con esto, tan solo que soy inocente, señoría", ha concluido Ortiz, que se ha emocionado, se le ha quebrado la voz y que ha estado a punto de echarse a llorar. Acto seguido, el juicio ha quedado visto para sentencia.
Antonio Ángel Ortiz está acusado de haber capturado a cuatro menores y de haberlas agredido sexualmente entre el 24 de septiembre de 2013 y el 22 de agosto de 2014 en los distritos de Ciudad Lineal y en Hortaleza. Fue detenido un mes después de la última agresión, a primera hora del 24 de septiembre de 2014, en Santander.
El acusado ha explicado que no ha declarado hasta este momento porque, cuando fue detenido, no le dijeron más que los delitos de los que había sido acusado, pero no los hechos que supuestamente cometió. Había secreto de sumario. "Decidí no declarar, porque, sinceramente, no me iban a creer lo que iba a decir. No es que me vayan a creer ahora, pero bueno... Resultaba un poco absurdo hacer una declaración", ha explicado al principio. Ortiz se ha negado en cinco ocasiones a declarar: una ante la policía, tres en instrucción y una en el juicio oral.
Ortiz ha explicado que se marchó a Santander porque su tío le ofreció un trabajo. Ha recordado que estaba en paro, que tenía 42 años y que vivía en casa de su madre. Ha añadido que le costaba marcharse de Madrid y que lo retrasó hasta septiembre porque tenía pagado el gimnasio hasta agosto. "Me dicen que llevaba mucha ropa, pero es que soy de los que me cuido, bueno de los que me cuidaba. Llevaba ropa para el gimnasio, para el trabajo y por si salía por ahí con mis tíos a tomar algo", ha añadido en su intervención. En todo momento se ha referido a la presidenta de la Sección 7ª de la Audiencia Provincial de Madrid que le enjuicia desde el pasado 18 de octubre.
El acusado ha intentado desmontar las distintas descripciones que han dado las víctimas y ha llegado a decir que no coinciden con él. "Se ha llegado a decir que medía entre el 1,65 y el 1,80 y que tenía todos los colores de pelo, tan solo ha faltado el pelirrojo, y que tenia entre 27 y 40 años o que era delgado y fuerte", ha relatado, antes de entrar en el tipo de ropa que llevaba. Esta iba desde los pantalones cortos, al chándal, con camiseta o polo. "Son ropas muy comunes que no describen a nadie", ha concluido.
El supuesto pederasta también ha tratado el tema de los coches y la identificación que le hizo la Policía Municipal el 14 de agosto de 2014. Asegura que el Citroën Xsara Picasso (el utilizado para la última agresión) se lo dejaron unos amigos.
El informe final del abogado
Antes de intervenir Ortiz, ha leído su informe final el abogado defensor de Ortiz, que ha acusado a a la Policía Nacional de crear la figura de Antonio Ángel, el supuesto pederasta de Ciudad Lineal, para cerrar el caso y acabar con las agresiones sexuales. Así de rotundo se ha mostrado esta mañana su abogado defensor, Cristóbal Sitjar, en la última sesión que se sigue en la Audiencia Provincial de Madrid.
El abogado, que ha empezado a leer su informe final a las 10.20 en la sesión número 24 del juicio, ha basado su defensa en que no coincidían las descripciones que facilitaron las menores sobre el supuesto autor de las agresiones. Otro punto que ha apuntado Sitjar es que el registro del domicilio en el que supuestamente agredió a las niñas, en la calle de Santa Virgilia, fue ilegal, ya que el propio acusado y la letrada de la administración de justicia (la secretaria judicial) no estuvieron presentes. Se quedaron en el descansillo del domicilio, pese a que la Ley de Enjuiciamiento Criminal recoge, según el letrado, lo contrario.
"Jamás ha existido en España un pederasta de estas características", ha concluido el letrado con la intención de dar una explicación al montaje de la policía.
Sitjar ha mantenido que todo el procedimiento de instrucción se ha realizado "de espaldas" al juez: "Tan solo se le pasaba al juez lo que perjudicaba a Antonio Ortiz y se guardaban lo que le beneficiaba", ha denunciado el abogado. También ha criticado que las pruebas de ADN que incriminan a su cliente no respetaron la cadena de custodia y que han sido manipuladas, ya que en una prenda íntima de una las víctimas se han encontrado hasta tres muestras distintas de ADN.
Otro punto en el que ha insistido el abogado es que las ruedas de reconocimiento, realizadas en sede judicial, estaban viciadas desde el inicio porque la imagen de Ortiz estuvo en los medios de comunicación desde que fue detenido el 24 de septiembre de 2014. "Se ha dicho que las niñas no veían los telediarios, pero luego sí declararon lo contrario", ha añadido. Las víctimas lo reconocieron en el juzgado sin ningún tipo de dudas.
"La policía se ha escudado en el efecto de las pastillas para justificar que una de las niñas no se acordaba del lugar donde fue agredida", ha mantenido Sitjar para intentar anular todo el procedimiento policial y judicial.
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