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Los vecinos de Lagasca, desolados por el desalojo de sus hogares

El Ayuntamiento obliga a los residentes a abandonar sus casas entre cinco días y una semana por razones de seguridad

El cordón policial en la calle Lagasca
El cordón policial en la calle LagascaSamuel Sánchez

Este martes, alrededor de las 10.00, parte del interior del edificio de la calle Lagasca 46 -que está declarado en ruinas-, en el barrio de Salamanca, se ha venido abajo. Los trabajadores de los negocios de la zona y los vecinos de los portales colindantes -en concreto el 48, 44, 37, 35 y 33- han sido desalojados y la policía y los bomberos han cortado la calle. A lo largo del día, dos grúas desmontarán otra de mayores dimensiones que estaba anclada a varios edificios, según fuentes del Ayuntamiento. Los afectados tendrán que pasar fuera de sus hogares entre cinco días y una semana, informaron los propios vecinos y fuentes del Samur Social.

"Pasadas las 10 escuchamos un ruido tremendo y nos asustamos", ha contado el dueño de Kermos, una tienda de ropa masculina en el número 48 de la calle. El vendedor se lamenta de lo ocurrido, ya que su tienda pasará varios días cerrada. "Nos han hecho una faena con el cierre del comercio en Navidad, justo cuando más vendemos", afirmó mientras miraba su negocio desde detrás del cordón policial. Al mismo tiempo, Pedro, un vecino del número 48 -en el que vive una familia entera- estaba preocupado porque sus padres y el resto de familiares salieran del edificio. "Después del estruendo me asomé a la ventana de mi habitación y parte del número 46 ya no estaba", explicó.

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Durante la mañana, el flujo de vecinos que han ido saliendo de sus casas cargados de maletas ha sido cada vez mayor. Algunos estaban asustados, otros preocupados por dónde dormirían esta noche y una mujer abrazaba a una niña que lloraba mientras sujetaba su mochila. "Solo quiero entrar para cambiarme, no creo que se derrumbe el edificio porque yo entre", se ha quejado otra vecina a la policía. Al mismo tiempo, algunos curiosos y afectados hablaron con los bomberos sobre la situación: ¿Cuándo se va a demoler el número 46?, preguntaron.

Mientras los miembros del Samur Social tomaban los datos a los afectados, los bomberos precintaron el número 27 de la calle Lagasca -cuya parte trasera da al número 46- bajo una gran expectación vecinal. "Lo importante es que estáis bien, por el alojamiento no te preocupes", le decía la dueña de un negocio cercano a Mercedes, una vecina mayor disgustada por tener que abandonar su casa. Otros, como uno de los trabajadores de la joyería Yanes, estaban menos preocupados. "Yo soy mayor y por mi dejaría abierto el negocio, pero no nos dejan", aclaró. 

Alrededor de las 14.00, la portavoz del grupo municipal del PP, Esperanza Aguirre, hizo acto de presencia en el lugar. La portavoz habló con los vecinos y protestó sobre la actitud del Consistorio con este tema. "La situación en esta calle está así desde el día 8. El Ayuntamiento ha tenido 20 días para tomar cartas en el asunto", ha denunciado. Aguirre también tuvo palabras para Manuela Carmena: "¿Dónde está la alcaldesa?", preguntó. Desde el Consistorio, alegan que sus palabras son falsas porque ya se habían realizado acciones en el edificio durante el último mes. 

Otros de los afectados dirigieron sus protestas al edil de Seguridad de Ahora Madrid, José Javier Barbero, en el cordón policial. "Se han caído varias plantas del 46. Llega a ser otro día y podía haber ocurrido alguna desgracia, como el accidente laboral de hace unos días", se lamentó un trabajador de un taller mecánico cercano a la calle

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