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Los escritores cobran 346.000 euros de las bibliotecas catalanas

Carme Riera, presidenta de Cedro, exige un cambio en la ley de propiedad intelectual

La presidenta de Cedro, Carme Riera.
La presidenta de Cedro, Carme Riera. Ruth de la Rosa

Las bibliotecas catalanas han inyectado 346.000 euros a los escritores como derechos de autor por prestar sus obras. El pago es pionero y único en toda España, y se ha realizado a través de los ayuntamientos, que gestionan la mayoría de bibliotecas, al Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro), que coordina el canon de los autores. La cifra engloba importes pendientes desde el año 2010 al 2015 (el 2009 se acordó como prescrito) a autores de libros, música, vídeo y traductores, explicó ayer el consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila.

La transferencia es fruto del acuerdo, suscrito en diciembre, entre la Generalitat, Cedro, la Federación de Municipios de Cataluña (AMI), y la Asociación Catalana de Municipios (AMI). El convenio ordenó la ley estatal apostando por desplegar en Cataluña una suerte de “tarifa plana”, en palabras de la responsable del servicio de bibliotecas de la Generalitat, Carme Fenoll, que dividiese los libros prestados y el número de préstamos según franjas de población en municipios con más de 5.000 habitantes. En la actualidad, el 80 % de los consistorios catalanes afectados están al corriente del importe por derechos de autor, añadió Fenoll.

“Somos los únicos en todo el Estado que hemos hecho una apuesta clara por reconocer los derechos de los autores y garantizarles una remuneración”, afirmó Vila. En este sentido, la presidenta de Cedro, Carme Riera, cargó contra el Ministerio de Cultura, al que exigió una reforma “urgente” de la Ley de Propiedad Intelectual para que los escritores y traductores reciban una retribución "justa" por los préstamos de sus libros en las bibliotecas. “Hemos hecho ver al Ministerio que nuestra situación es una discriminación respecto a los colegas de otros países”, añadió la escritora y académica.

Riera aseguró que cuesta más la gestión que lo recaudado debido a los constantes cambios de legislación y a la no aplicación de la norma. “Un libro debería prestarse 1.000 veces para que su autor recibiese 4 maravillosos euros. Hay autores que son remunerados por el préstamo de sus libros en el extranjero y no en España”, criticó la presidenta de Cedro. Riera puso como ejemplo los más de 10 millones recaudados anualmente en Alemania o los 1,94 euros por libro prestado estipulados en Francia.

La entidad propone un pago centralizado con cargo al Estado y a las comunidades autónomas, además de adecuar la tarifa al entorno europeo. Estas mismas opciones reclama la Asociación de Escritores en Lengua Catalana en una carta abierta. El reglamento estatal “sitúa en los ayuntamientos la obligación de remunerar este derecho, lo que supone acudir a cada uno de ellos” para que paguen, cargan los escritores en la carta, lo cual en la práctica “lo imposibilita”, añaden. También critican el escaso dinero que teóricamente deberían recibir, una cifra que es “más de cien veces por debajo a la implantada en países como Italia y Polonia y más de mil respecto a Francia y Alemania”, concluye la Asociación de Escritores de Lengua Catalana.

 

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