“La derecha quiere hacer creer que el ‘top manta’ es un problema muy importante”
La presidenta del grupo municipal de la CUP en Barcelona, Maria José Lecha, critica la gestión de los manteros y del turismo que está haciendo el actual gobierno
La CUP es la formación con la voz más discordante en el Ayuntamiento de Barcelona. Su discurso supera por la izquierda al gobierno de Ada Colau y reclama cambios drásticos en sectores como el turismo, donde directamente propone el decrecimiento. La presidenta de su grupo municipal, María José Lecha (Barcelona, 1957), ha sido quién ha traído hasta el Ayuntamiento las propuestas del sindicato de manteros y, a diferencia del resto de formaciones, critica la “represión” del gobierno municipal contra este colectivo. A raíz del acuerdo de Colau con el PSC, teme que algunas políticas progresistas se diluyan.
Pregunta. ¿El gobierno municipal quiere aprobar la nueva regulación hotelera en otoño. Qué os parece la propuesta?
Respuesta. Barcelona es una ciudad de 1.600.000 habitantes y, según los datos del Ayuntamiento, recibe unos 30 millones de turistas el año. Estamos hablando de un grave problema para la ciudad. La planificación que se tiene que aprobar en otoño para decidir el modelo urbanístico de turismo nos parece insuficiente. Tenemos problemas con la poca agua que hay en los embalses, con la gestión de los residuos del área metropolitana que dejan los habitantes y también los turistas... todo esto se tiene que tener en cuenta. Hemos presentado enmiendas puntuales y una enmienda a la totalidad.
P. ¿Entonces la única opción es el decrecimiento?
No se puede llegar a un consenso entre los intereses de los lobbies empresariales instalados en Barcelona y los de la clase trabajadora
R. Por nosotros sí.
P. ¿Esto significa cerrar hoteles?
R. Nosotros creemos que lo que configura el plan como Área 1, (la zona más céntrica donde ya no deja abrir más hoteles), se tendría que aplicar en toda la ciudad. El Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) se basa en la atomización del turismo hacia los barrios. Pero esto ya se ha probado en otras ciudades y se ha demostrado que es un fracaso absoluto, porque la gente puede dormir en Nou Barris o en Sant Andreu pero después visita los lugares emblemáticos de la ciudad que son los que están más saturados.
P. ¿Y sobre los apartamentos turísticos?
R. Para nosotros no tendrían que existir porque van en contra del derecho a la vivienda. Los apartamentos turísticos están en manos de grandes empresas. La prueba es que nadie se ha acogido a la alternativa que ofreció el Ayuntamiento de perdonar las multas a cambio de poner el piso en alquiler social. Todos han preferido pagar la multa. También consideramos que el plan de choque que presentó el gobierno de visualizadores por un lado e inspectores por otro es un número muy pequeño.
P. ¿La presencia de manteros es un problema para la ciudad?
R. El año pasado, a raíz de la muerte de Mor Sylla en Salou, la derecha se despertó para hacer creer que la venta ambulante es uno de los problemas más graves que tiene Barcelona. Y esto es falso. La encuesta que hace periódicamente el Ayuntamiento sitúa el top manta como un problema que preocupa a muy pocos ciudadanos. El primero es la precariedad laboral y con muchísima distancia. Los problemas de los comerciantes están más relacionados con las grandes marcas que con los manteros.
P. ¿Cómo valora la gestión del problema de los manteros?
R. La valoro como nefasta. El diagnóstico que presentó el Ayuntamiento en la mesa de trabajo que se creó decía que no existían mafias, que eran colectivos de gente joven, que no se dedicaban a la delincuencia, que su dinámica de vida era el apoyo mutuo... y decían que se tenía que apostar por las medidas sociales. A partir de aquí prometieron que harían 80 planes de ocupación durante la legislatura, una cifra que nos parece un poco baja. Pero la realidad es que las políticas que se han llevado a cabo, incitadas por los medios de comunicación de la derecha, han sido represivas. Con la coordinación de la Policia Portuaria, evacuaron las zonas del Moll de la Fusta y de Colom y continuaron desalojando de plaza Cataluña, de Paseo de Gràcia y de la Rambla. Acabaron concentrando toda la venta ambulante en la Barceloneta para que después el gobierno dijera que tenía un problema de concentración.
P. Vosotros habéis recogido las propuestas de los manteros. ¿Cuáles son?
R. Ellos quieren tener un lugar donde poder realizar la venta y se ofrecen para gestionar todos los vendedores que puedan venir de fuera para gestionar el espacio y los horarios. También están dispuestos a pagar tasas y a vender otro tipo de mercancías. También quieren continuar con los estudios o los trabajos que tenían en sus países como pescar, contar cuentos o hacer de sastres.
P. Son soluciones complejas que afectan a competencias que no son municipales
R. Si, pero se han hecho muchas cosas desde los ayuntamientos y con la política local se puede llegar muy lejos.
P. ¿Qué valoración hacen del acuerdo de Ada Colau con el PSC?
R. Para tener estabilidad no hacía falta un pacto de gobierno. Han ganado tres concejales del PSC para ocupar distritos. El señor Collboni ni lo cuento porque no es un activo en el trabajo diario de hormiga. Si ellos consideran que con estas tres personas se descargan un poco de trabajo y tienen más estabilidad... comprobarán que no es así. El PSC no les da ninguna mayoría y , en cambio, les han dado áreas tremendamente comprometidas cómo son BSM, reactivación económica, el Puerto... A nivel global pactar con aquellas fuerzas que han traído a Barcelona el modelo que ellos quieren revertir es una contradicción.
P. ¿Pensáis que algunas políticas de izquierda se pueden rebajar a raíz del acuerdo?
R. Sí, está claro. El mismo PEUAT. El modelo turístico de Barcelona, a pesar de que CiU le dio una acelerada en el pasado mandato, es del PSC. Si teníamos alguna esperanza de que se aceptaran nuestras alegaciones hacia un decrecimiento o una parada turística, ahora lo dudamos mucho. Porque, además, en el tema turístico, el PSC no está de acuerdo con la propuesta que ha presentado el gobierno. Ya te imaginarás porqué. El otro día Collboni decía que en ningún caso privatizarían el Tibidabo y resulta que ya está lleno de empresas externas... Los lobbies económicos que hasta ahora han gobernado la ciudad supongo que han tenido una gran dosis de tranquilidad con la entrada del PSC en el gobierno.
P. Y para los barceloneses, ¿es una buena o una mala noticia?
R. Es una muy mala noticia para Barcelona y para los votantes que confiaron en que empezaba una nueva etapa y que votaron Barcelona en común, pensando que entraban con fuerza para revertir el modelo de ciudad que tenemos. Con un 20% de los ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza y que ahora te digan que tienen que gobernar para todos... pues no. Hay situaciones en las que no se puede llegar al consenso. Hay dos posiciones enfrentadas que son los intereses de los lobbies empresariales instalados en Barcelona y los de la clase trabajadora que quiere una vida digna. Son intereses absolutamente confrontados que no pueden tener nunca consenso. Por primera vez en Barcelona había gente que tenía la esperanza que la ciudad se gobernaría por las clases populares.
P. Defendéis que la izquierda tendría que hacer políticas que no se puedan revertir si algún día vuelve la derecha. ¿Cómo cuáles?
R. Por ejemplo, si pones cláusulas sociales para adjudicar algunas externalizaciones que, por cierto, estas cláusulas al final solo son para cubrir las bajas, tener personas con algunas disminuciones o cumplir el convenio.... pues entonces te viene la derecha y te las rebaja en un momento. Pero si tú municipalizas, es más difícil de revertir. El servicio de teleasistencia, por ejemplo, ahora lo han renovado. Este servicio es importantísimo para la ciudad. Tendría que depender directamente del Ayuntamiento. La ciudad no los puede tener ni externalizados ni precarizados.
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