“Soy independentista, pero mis prioridades son otras”

Rafael García (Barcelona, 1951). Taxista prejubilado. Histórico miembro de la PAH. Bajo la lista Estimem Podem, es el único candidato no parlamentario que se presenta a las primarias.

Pregunta. ¿Por qué se presenta?

Respuesta. Lo decidí hace 15 días para demostrar a mis compañeros de base, como yo, que lo puede hacer cualquiera. Estar en un partido no es solo votar cuando te lo piden. Es para colaborar. Todo el mundo en Podem habla de hacer músculo: pues para eso hay que ir antes que ir al gimnasio.

P. ¿No se sentía representado por las otras candidaturas?

R. En absoluto. Esas listas adolecen de autonomía y sinceridad. La mayoría viene del Consejo Ciudadano Autonómico que nos ha llevado a esta situación. Jéssica (Albiach) era la responsable de información y poco ha informado; Marc Bertomeu (Fem Podem) está por ahí; Marc Lleó (PerguanyarPodemCatalunya) no se le ha visto en nada y no ha pisado un círculo prácticamente; A Fachín (Ho podem tot) lo encumbra el antiguo consejo.

P. ¿Qué propone?

R. Volver a la lucha que nos unió, a pisar las calles y a recuperar el espíritu 15-M. La vida de Podem es la vida de las asambleas y se las ha escuchado y respetado poco. Nos presentamos (sus afines lo hacen de forma individual) como protesta para elevar la voz de las bases. Están enfadadas porque nunca se las ha consultado. Hay muchos Rafas García. Pero vamos subiendo.

P. ¿Los círculos han estado desatendidos en este tiempo?

R. Sí, se han acordado de ellos desde hace tres o cuatro meses antes de la campaña. Hay círculos deshechos. Ha faltado una implicación de la dirección. Además, el único candidato que ha pedido permiso y tiene aval de su círculo y de su secretario general soy yo. Y el único que pega carteles y se discute en las asambleas cada 15 días.

P. ¿Por qué cree que es incompatible ser cargo electo y líder de Podem? Iceta y Junqueras lo compaginan

R. Ser secretario general requiere mucha dedicación: es la cabeza visible, deberá dar la cara, poner orden y negociar. No funciona si unos tienen que estar en el Parlament o en el Congreso. Si soy secretario general o miembro del CCA, no ocuparé el puesto de concejal –fue tercero en Bigues i Riells pero no salió escogido- si el número uno o dos dejan el puesto.

P. ¿Por qué propone que los inscritos necesiten un carnet?

R. ¡Es que los necesitamos! Y no hablo de cuotas. Es para saber quiénes somos. Van a empezar las votaciones y sabemos que entre los inscritos hay gente de otros partidos. Aceptamos la doble militancia y que alguien les diga votar a ese o aquél candidato según sus intereses. Esa sospecha no la tengo yo solo: la tenemos todos. Lo llamamos voto zombie. Están quietos, dormidos y cuando alguien ve el peligro, toca el pito y votan.

P. ¿Quiere también que Podem se convierta en partido?

R. Sí,pero dentro de una organización aunque con autonomía y capacidad de negociar. Hay que renovar la casa y hacer una nueva asamblea estatal. Pero hay unos principios que debemos cumplir. O lo modificamos o lo que hagamos será ilegal.

P. ¿Está a favor de la confluencia?

R. Pero descontado. Pero las bases decidirán cómo la hacemos y en qué posición nos quedamos. Hasta ahora hemos llevado el 80% del trabajo y hemos sido más la mano de obra más que la voz decisiva. Y no discuto el liderazgo de Ada Colau. No hay en Cataluña nadie más carismático. Me enamoré de ella cuando la vi en el Congreso meterse con los banqueros y defender a los desahuciados. Allí pasó de activista a icono. Vi que si hacía eso yo me tenía que implicar más. Me metí en la PAH por ella.

P. ¿Le incomoda que se le etiquete como el candidato de la PAH?

R. No, no, no. Estoy en la PAH antes que en Podem aunque yendo a muchos actos de partido ya no sé si estoy en un sitio u otro…Desde hace años, estoy en riesgo de desahucio y empecé a estudiar mi hipoteca. Tanto investigué, que me convertí en negociador con los bancos. Me he especializado en hipotecas multidivisa y en fondos buitre. Soy el responsable del sectorial de vivienda de Podemos. Pero no puedo dejar la PAH. Voy a seguir negociando y parando desahucios.

P. ¿Qué votaría en un referéndum?

R. Mis compañeros habrán sido más diplomáticos o ambiguos. Votaría “sí”. Tiene que correr un poco el aire y me han hecho ser tan catalanista algunas cosas desde Madrid. Debo ser un ejemplo de lo que le ha pasado a muchos independentista que han llegado tarde a ese juego.

P. ¿No es contradictorio cuando Podemos apuesta por un Estado plurinacional?

R. ¿Por qué? Si voto sí y la mayoría no ¡bienvenido al estado plurinacional! Yo interiormente lloraré y diré ‘otra vez pierdo’, pero yo no saldré a la calle cabreado dando golpes de bandera. Seremos lo que la ciudadanía decida. Quiero un referéndum vinculante y no un circo. Uno unilateral es un brindis al sol.

P. En mayo, en el Poble Nou, Pablo Iglesias aceptó 50 preguntas y nadie le pregunto. ¿Es un tema poco relevante para las bases?

R. El debate no existe. Damos por sentado que queremos un referéndum vinculante salga lo que salga. He dicho antes que soy independentista pero tampoco lo tengo como una prioridad: lo es recuperar la dignidad y el nivel de vida que teníamos antes. Dicen que cuando Cataluña sea independiente viviremos en el país de la leche, la miel y el árbol del pan. Y no sé cómo se hará. No hay gobierno más arrimado a la banca que el de la Generalitat. Hizo la ley de la pobreza energética porque había elecciones. El peor enemigo de esa ley sido el Gobierno catalán que ha logrado llevar a la gente al máximo cabreo para convertirlos en independentistas. Son falsos independentistas.

P. ¿Y usted no?

R. No, lo soy por la propaganda centralista, que no desde los madrileños. Y por periodistas que dicen chorradas sin coger un AVE. Me hecho independentista trabajando en el taxi: hasta un hombre me recriminó por qué tenía el tontón en catalán. Tras hablar todo la carrera, le recordé que habíamos hablado en castellano. La propaganda dice: ‘Poneros el casco, porque aquella gente os va a maltratar’. Y no: siempre he dicho que si alguien viene a Cataluña subido en Babieca, con la espada del Cid, a conquistar territorio, le saldrá mal. Y si viene a respetarnos, será respetado. Hay un gran voto inmigrante que es independentista y por algo será: alguien de fuera lo estará haciendo mal. Pero, sí soy independentista. No sé si cambiaré. Yo creo que no.