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La conexión catalana de la dinastía Madrazo

La Fundación Fran Daurell muestra una amplia colección de los afamados retratistas de finales del siglo XIX

José Ángel Montañés
Luisito Daza de Madrazo, retratado tras su fallecimiento.
Luisito Daza de Madrazo, retratado tras su fallecimiento.

Si hay una obra que sobrecoge entre las 84 pinturas realizadas por varios pintores de la familia Madrazo es el retrato del bebe muerto Luisito Daza de Madrazo. Pintado en 1900, una semana después de nacer, el niño, aparece ataviado, de forma realista, con toda la pompa de un sonado bautizo que no pudo ser. Su prematura muerte puso fin a una de las ramas de los Madrazo, algo que con el paso de los años ha posibilitado que esta impresionante colección de retratos haya acabado siendo pública. El cuadro es obra de Ricardo de Madrazo, miembro de la tercera generación de esta familia considerada como la más destacada en la España artística de finales del siglo XIX, y es el único pintado por él de las 84 obras que entre 1917 y 2006 permanecieron en el domicilio de Milagros Daza de Madrazo, en la calle de Príncipe de Vergara. Ese año abandonaron esa casa para pasar a ser propiedad de la Comunidad de Madrid que los adquirió como dación en pago de impuestos.

La Fundación Fran Daurel muestra en la exposición Los Madrazo y Cataluña (hasta el 30 de septiembre), 67 de esas pinturas, la mayoría retratos de personajes de esta familia, en la que pueden verse pinturas de José de Madrazo Agudo, el patriarca, de sus hijos Federico y Luis de Madrazo Kuntz (los dos primeros fueron directores del Prado y pintores de cámara de la familia real, de Carlos IV, Fernando VII y de Isabel II) y de los hijos de Federico; Raimundo y Ricardo de Madrazo Garreta.

El conjunto permite ver el paso de las tendencias pictóricas desde el neoclásico de los primeros retratos, como el de la marquesa de Branciforte realizado por José (que rápidamente nos traslada a las obras del francés Jean-Auguste-Dominique Ingres), hasta el romanticismo y el impresionismo, y comprobar lo bien relacionada que estaba esta familia en los circuitos comerciales de la pintura, ya que posaron para ellos no solo personajes de la familia real, sino aristócratas como la duquesa de Alba, burgueses y otras personalidades destacadas. Muchos, catalanes, como el industrial Camilo Fabra, el filósofo Jaume Balmes o el dibujante e historiador José de Manjarrés de Bofarull.

La mayoría de obras son retratos de los propios miembros de la familia Madrazo lo que permite conocer sus rostros e, incluso, verlos crecer y hacerse adultos. Como Luisa, Rosa y Raimundo, los tres hijos de Federico que pintó su padre en 1845, una de las obras más destacadas de la muestra.

Ràfols-Casamada a Madrid

También destacan dos retratos de Cecilia (hija de Federico), la esposa de Fortuny (es el único que no pertenece a la colección madrileña y que ha dejado el MNAC para esta exposición) y varios de Maria Luisa Fortuny, hija del matrimonio. En uno de ellos, realizado por Luis de Madrazo, Cecilia luce prendida en el escote la impresionante esmeralda que el marchante Adolphe Goupil regaló a Fortuny tras la venta de La Vicaria, tal y como explicaron los comisarios de la muestra, y expertos conocedores de esta saga de pintores, Montse Martí y Carlos González. Además, Ricardo, Cecilia e Isabel de Madrazo aparecen retratados en este cuadro, uno de los más famosos de Fortuny que hoy expone el MNAC. Las obras viajan a Barcelona después de un periplo por otras ciudades como Roma, Poznan y Gdansk, en Polonia o Nueva York.

Los madrazos pueden verse en la sede barcelonesa de la fundación Fran Daurel del Poble Espanyol, propiedad de Francisco Daurella, gracias a la unión con la fundación madrileña que tiene este mismo empresario y mecenas en Aravaca (sobre todo con obras de pintores catalanes del siglo XIX y comienzos del XX). Como compensación, viajarán a Madrid (para participar en diez muestras itinerantes) parte de las obras de Ràfols-Casamada que se exponen en la Fundación Perramon de Ventallò (Girona), una tercera entidad vinculada también con Daurella.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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