La CUP acusa a los Mossos de “alimentar” los disturbios en Gràcia

La CUP y los Mossos están condenados a no entenderse pese a la creciente relevancia institucional de los anticapitalistas. Ayer varios diputados de la formación acusaron a la policía catalana de “encender” y de “alimentar” los disturbios en Gràcia después del desalojo del llamado Banco Expropiado. “Estos días quien ha generado miedo ha sido la BRIMO [antidisturbios], que han actuado de manera descontrolada, impune y sin medidas de control político”, espetó la diputada Mireia Vehí al director de la policía, Albert Batlle, en el Parlament. Batlle respondió en el mismo tono a los socios parlamentarios de Junts pel Sí: "La única acción violenta, bruta y descontrolada es la actuación de la gente que usted está amparando”. La CUP volvió a pedir su dimisión.

Hasta hace no tanto, para Interior la CUP era sencillamente una especie de paraguas ideológico de algunas de las personas que después de los desalojos ocasionaban disturbios en la ciudad. Pero desde enero, la CUP es la formación que en teoría debe garantizar la estabilidad parlamentaria. Actitud que ayer brilló por su ausencia en el Cámara catalana donde el director de la policía y la diputada Vehí intercambiaron agrias acusaciones.

Vehí empezó su intervención en la Comisión de Interior mencionando el número de heridos por la acción de los Mossos —16 el lunes y 19 el martes— y enseñando fotografías de algunos de ellos. “Se está usando la policía como un instrumento generador de crispación y de más conflicto”, le reprochó a Batlle, a quien preguntó por las “directrices políticas” que siguen. “No se ha recorrido ni a la mediación ni al diálogo, se ha hecho una actuación policial que se ha servido de la fuerza física”, apuntó, para luego concluir: “Se hace una gestión irresponsable, poco efectiva, que alimenta el conflicto en lugar de solucionarlo”.

Batlle, lejos de asumir cualquier crítica, felicitó la acción del cuerpo policial, y mostró “su apoyo” a la actuación. Igual que hiciese el martes el intendente portavoz de los Mossos Xavier Porcuna, Batlle se refirió a la “plena determinación” de Interior de “no permitir en ningún caso altercados” en Gràcia. Y recalcó que “hay un amplísimo apoyo de la ciudadanía a la actuación policial y un amplísimo rechazo a los violentos”.

En ese clima, al acabar la comparecencia, los diputados de la CUP presentes en la comisión de Interior —Benet Salellas, Mireia Vehí y Anna Gabriel— intentaron acercarse al director de la policía para que se quedase a la siguiente comparecencia, de la Red Antirepresión de Familiares de Detenidos, pero Batlle se fue sin atenderlos. 

Horas antes, por la mañana, la diputada Eulàlia Reguant presentó a los Mossos como los responsables de “encender la mecha” el lunes tras el desalojo. “Ayer [por el martes] volvió a haber cargas policiales con gente que está con las manos alzadas”, criticó. Y acusó a Batlle de ser “el responsable político del conflicto en Gràcia”, por lo que justificó la petición de dimisión y el plante a Junqueras con los presupuestos.

Además, la organización juvenil Arran, una de las facciones de la CUP, legitimó a través de un comunicado el uso de la violencia como una forma de “autodefensa” ante el camino que les han “obligado a tomar”.