Unos residuos con un futuro incierto
El enterramiento o su trituración para hacer carreteras pueden ser una solución para un material muy valioso pese al incendio
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las autoridades de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha es cuál va a ser el futuro de los cinco millones de neumáticos que hay almacenados en el cementerio de Seseña, y de los que el 75% se encuentra calcinado. El enterramiento o su trituración para hacer carreteras pueden ser una solución.
Un simple vistazo a las ruedas calcinadas deja al descubierto el verdadero interés de los neumáticos. Dentro del caucho llevan metal de altísima calidad. Las ruedas que estaban en la parte alta del vertedero se habían quedado reducidas a un enorme amasijo casi negro, cuyo valor en el mercado puede ser muy alto.
Una de las opciones que se barajan es que estos neumáticos sean triturados y la parte del caucho no calcinado se convierta en asfalto. También se podrían almacenar en un vertedero controlado, según fuentes consultadas. Al haberse quemado, el material es inocuo y si el vertedero legal está bien diseñado no afectaría ni a acuíferos ni al medio aéreo. “Eso sí, el gran problema sería encontrar un vertedero de esas dimensiones y no muy lejos para que no costara mucho el transporte”, reconocen las citadas fuentes. “Con un imán potente, como los utilizados en las fundiciones y en las grandes chatarrerías, sí se podría sacar el metal y dejar los materiales más contaminantes”, añaden.
Otra opción igualmente problemática es la incineración controlada en un lugar que cuente con el visto bueno de las autoridades medioambientales. Eso permitiría recuperar el metal empleado en los neumáticos y reutilizarlo o venderlo, por lo que se podría recuperar parte del dinero invertido en la limpieza de la parcela de 11 hectáreas situada entre Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid).
Un problema aún mayor es del suelo. Al hablar de 11.000 metros cuadrados de superficie sería necesario retirar al menos medio metro de profundidad de la superficie total. Es decir, unos 55.000 metros cúbicos de tierra. O lo que es lo mismo 5.500 camiones de unas 10 toneladas. “¿Y qué se hace con toda esa tierra que puede estar muy contaminada?”, se preguntan las fuentes sabedoras de que la respuesta es muy complicada.
Está previsto que en breve se reúnan los responsables de las Consejerías de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha y Madrid, autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y de la empresa pública Tragsa para ver qué hacen con los residuos acumulados en el cementerio. Estaba previsto que esta compañía se encargara de limpiar toda la parcela, pero con el incendio el futuro de los cinco millones de neumáticos se ha complicado. Y mucho.
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