El alcalde de Girona dimite y acusa a ERC de “demagogia y populismo”
El regidor abandona después de conseguir un pacto de gobierno estable con el PSC
El alcalde de Girona, Albert Ballesta, ha anunciado este martes su dimisión, un mes y medio después de acceder al cargo en sustitución de Carles Puigdemont. Con un ademán triste y serio, ha cargado duramente contra ERC, formación a la que ha acusado de “populismo, demagogia y tacticismo partidista” y de no haber tenido nunca “la voluntad de llegar a acuerdos”.
Visiblemente afectado, el aún alcalde ha lamentado la “campaña descarnada” que se ha hecho contra su persona. Al conseguir un pacto de gobierno estable con el PSC y para evitar dar más "espectáculos" en los plenos, Ballesta ha dado un paso al lado y ha designado a Marta Madrenas, segunda teniente alcalde, como la próxima alcaldesa. Ballesta dimitirá en el pleno del próximo lunes y se deberá convocar uno extraordinario para que su sustituta tome posesión de la alcaldía.
Acompañado por los regidores de CDC y en medio de una gran expectación, Ballesta ha explicado durante un cuarto de hora sin preguntas, los motivos de su dimisión. Después de recordar que nada ha sido “fácil” desde que fue elegido como alcaldable, ha cargado duramente contra los republicanos, tanto en el terreno político como en el personal. En medio del “periodo de reflexión” que el mismo anunció el pasado 26 de febrero tras fracasar en su intento de aprobar en el pleno del cartapacio su sueldo ni los de sus siete asesores, Ballesta ha decidido pactar con el PSC y dimitir. Ha decidido dar un paso al lado porque no quiere “causar ningún perjuicio ni al grupo ni a la ciudad” y ha concluido que “no podía ser el problema, sino que quería y podía ser la solución”.
Ballesta ha reconocido haber cometido errores, por los que ha pedido disculpas. Y ha reiterado su intento de alcanzar un acuerdo con el primer grupo de la oposición, su primera opción para garantizar estabilidad al gobierno de la ciudad. Un pacto que no ha sido posible ni en la época de Puigdemont ni ahora “y no lo ha sido por falta de ofrecimiento ni de oportunidad”. Y ha explicado que los republicanos “han rechazado todas las propuestas de gobierno o han puesto condiciones que las hacían imposibles”. Para el todavía alcalde, que se siente decepcionado, ERC “no ha tenido nunca la voluntad sincera de llegar a acuerdos” por la estabilidad y el bien de la ciudad.
El máximo dirigente gerundense, un vez comprobado que la táctica de “ducha escocesa” puede ser muy útil a los intereses de partido y poco conveniente a los de la ciudad, ha concluido que no podía garantizar la estabilidad con ERC, porque no se podía llegar al acuerdo rápido que las circunstancias exigían. A pesar de decir que respeta la decisión de los republicanos y su legitimidad, igual de legítimo es, asegura, que el equipo de gobierno busque la estabilidad con alguien que comparta la necesidad de priorizar la ciudad por encima de los intereses de partido.
Para Ballesta la voluntad del PSC “ha sido sincera desde el primer contacto” y les ha agradecido el esfuerzo y que hayan asumido “una responsabilidad muy alta”. Por eso se ha mostrado confiado en que el acuerdo de gobierno sea “entendido y aceptado por una gran mayoría”. Cree que les habría sido más cómodo y quizás rentable mantenerse en la oposición y participar “en la campaña de erosión descarnada y sin matices de mi persona”, una erosión que asegura “ha rozado aspectos personales, que me duelen profundamente y de la que espero tener oportunidad de resarcirme”.
Ya en el terreno personal ha apuntado que abandonó su posición confortable e hizo renuncias políticas y personales porque creyó que encontraría más gente en estas circunstancias. “Me equivocaba. He asumido un desgaste que pocos de quienes lo han generado o han contribuido a generarlo se pueden imaginar”, ha asegurado. Para él, tener que pasar por alguien que sólo se mueve por un salario, cuando el que cobraba antes o el que habría cobrado al asumir nuevas responsabilidades lo superaba claramente, “es muy injusto”.
En esta línea, ha calificado de “decepcionante” que haya gente en política que “encienda la llama del populismo para conseguir réditos a corto plazo cuando saben perfectamente que a medio y largo plazo los perjuicios son enormes”. Espera que algún día “reflexionarán y se darán cuenta de que no es responsable construir un sistema político en base a la demagogia, el populismo y distorsiones de la realidad para conseguir el desprestigio del adversario y obtener un beneficio”. “Los errores que haya cometido creo que los he pagado con creces y en tiempo récord”, ha aseverado.
Los representantes del grupo municipal de la CUP consideran que el pacto CiU-PSC es del estilo de la vieja política y que la dimisión de Ballesta es fruto de la mala gestión de las últimas semanas, de la incapacidad de llegar a acuerdos, y a un fracaso del partido.
Desde ERC han mostrado su “perplejidad” y aseguran que todavía están sentados en la mesa de negociación, porque nadie del equipo de gobierno los ha llamado para decirles que se habían roto las conversaciones. Maria Mercè Roca ha criticado las formas, porque se ha negociado con el PSC a sus espaldas.
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