Los arquitectos piden a los políticos agilidad y transparencia

"No sabemos qué va a pasar con El Cabanyal, cómo se va a resolver el frente marítimo de Valencia, qué fue de la propuesta de Jean Nouvel, qué pasará cuando se soterren las vías del ferrocarril en Serrería, qué pasa con el eje del Turia o con la dársena...", reflexiona el arquitecto Julio Gómez-Perretta, alma mater de Diálogos de arquitectura y empresa, un evento en el que 16 estudios de arquitectura de toda España debatirán este jueves y viernes sobre la problemática urbana de Valencia. 

"La arquitectura es la voluntad de la época traducida a espacio", decía el arquitecto y diseñador industrial de la Bauhaus Ludwing Mies van der Rohe. Sobre ese mimbre, la plataforma Arquitectura y empresa -es también un blog y una revista- reunirá durante dos días en el palacete Condes de Alpuente a estudios profesionales como Gallardo Llopis, Peñín, AIC Equip, Altarriba, Rafael Vidal o Gradolí & Sanz para diseccionar el futuro urbano de la capital valenciana.

La derivada de Arquitectura y empresa, una plataforma de servicios de financiación, seguros o sencillamente divulgación, es también la de intentar influir en la sociedad española, explica Gómez-Perretta. "Queremos debatir entre nosotros a tumba abierta y que los políticos nos escuchen", agrega el arquitecto.

"Hemos pasado por una etapa de agresividad entre los partidos políticos terrible", continúa Gómez-Perretta. Los políticos proyectaron entre los años 2000 y 2005 un modelo urbano para Valencia caracterizado por unos ingresos tremendos. "Hubo un momento en que se dio un exceso de liquidez y el deseo de Valencia de colocarse en el mapa, de darse a conocer, de competir con Barcelona y Madrid; de ser el gran centro del mediterráneo. Al final todo ello desembocó en una especie de megalomanía", opina el profesional.

Gómez-Perretta insiste, no obstante, en que no hay que flagelarse por lo sucedido aquellos años. Esa etapa, añade, ha estado acompañada de una lucha política muy dura. Hay que pasar página."Hay muchas cosas iniciadas", señala, "por ejemplo, la recuperación del centro histórico de Valencia, un proceso paralizado porque ya no tenemos una oficina autónoma que gestione los trabajos y las ayudas".

El resultado de tanta incertidumbre es la falta de inversores privados. "No se puede traer a ningún inversor privado al centro de Valencia porque lo primero que demanda es agilidad. Hay que respetar el patrimonio y hacer las cosas bien pero es imprescindible conocer lo que se puede hacer y lo que no", concluye el arquitecto.

Los arquitectos exigen más agilidad y transparencia a las instituciones públicas responsables del urbanismo. "Queremos poder opinar libremente, proponer y crear sobre la remodelación de la plaza de la Reina o sobre cualquier otro proyecto de la capital; que se convoquen concursos abiertos y que la ciudadanía se pronuncie luego. Que no se vuelva a sustraer al debate".

Este colectivo pide que una vez se consensúen los proyectos urbanísticos no haya fisuras. Hay mucho trabajo por delante, dice Gómez-Perretta. Y para muestra un botón: "Buscas en internet ciudades con playa y no aparecemos. Eso hay que subsanarlo".