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El recuerdo de Julián Besteiro

Una exposición evoca la figura del histórico político socialista en el 75º aniversario de su muerte en prisión

Julián Besteiro, en el centro de la imagen, fotografiado en 1933.
Julián Besteiro, en el centro de la imagen, fotografiado en 1933. S. Pando

<US20madrid>La figura de Julián Besteiro Fernández (Madrid, 1870-Carmona, Sevilla, 1940) tuvo un papel destacado en la historia política de España. Al cumplirse el 75 aniversario de su muerte la escuela de formación socialista que lleva su nombre, le dedica una exposición de alto valor documental en su sede madrileña.

Nacido en la Costanilla de San Ildefonso de Madrid, según su partida de bautismo exhibida en la exposición, Besteiro vino al mundo en 1870 en una familia de origen lucense. Sus padres, comerciantes de ultramarinos, dieron a su hijo una educación esmerada, que le llevó a la Institución Libre de Enseñanza, donde sería discípulo de Fernando Giner de los Ríos, o Luis Simarro, introductor de la Psicología experimental en España. La primera obra de Besteiro, estudiante de Filosofía y Letras, fue titulada Psicofísica.

Besteiro ampliaría estudios en Alemania; a su regreso, opositaría a cátedra de instituto y la obtendría en las disciplinas de Lógica y Filosofía Moral, para ser destinado a Orense y Toledo, donde se casó. Desde su mocedad, se vio seducido por la política y, más precisamente, por la racionalidad del Positivismo en boga que, trufado con la tormentosa realidad social de comienzos del siglo XX, le llevarían a abrazar un marxismo académico con cuyo bagaje ingresaría en el Partido Socialista Obrero Español y en la Unión General de Trabajadores en 1915. Concejal y parlamentario, ya como catedrático de la Universidad de Madrid, su ascendiente descollaría a la muerte en 1925 de Pablo Iglesias Posse, líder sindical y socialista indiscutible.

Pese a su condena a cadena perpetua como impulsor de la huelga general obrera de 1917, la actitud de Besteiro ante la dictadura militar de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) le llevó a posiciones colaboracionistas, de las cuales resultaron réditos institucionales para el PSOE y la UGT pero, a la postre, sus planteamientos se verían derrotados por otros de empuje revolucionario, enfrentados a aquella colaboración. Eso marca el origen de su paulatino declinar político, velado durante su mandato como presidente de las Cortes de la República entre 1931 y 1933.

Mentor de un socialismo posibilista que él definía como democrático, Besteiro se mostraría visceralmente opuesto a la colaboración con los comunistas durante la Guerra Civil y también a muchos de sus correligionarios de izquierda, como Largo Caballero o Negrín. En la exposición se muestra una afectuosa misiva de este a Besteiro, antes de que la enemistad se apoderara de su relación en las postrimerías de la Guerra Civil. De esas fechas data el cablegrama —verdadero tesoro documental mostrado en la exposición— en el que Manuel Azaña presenta su dimisión. En marzo de 1939, Besteiro aceptaría el nombramiento de ministro de Exteriores de una autodenominada Junta de Defensa de Madrid, montada por el coronel Segismundo Casado para camuflar la rendición republicana a Franco. Besteiro murió de una septicemia, no tratada, en la prisión sevillana de Carmona un año después del fin de la guerra, con una condena de prisión de 30 años.

Julián Besteiro. 75 aniversario de su muerte (1940-2015). Escuela Julián Besteiro. Azcona, 53.

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