Ambiente raruno
Ni mucha alegría, ni poca en el Born. Igual es la euforia catalana, esa cosa consistente en tenerlos de corbata cuando el Barça gana de 28
Noche electoral de Junts pel Sí. Aledaños del Born. Muchas banderas indepes y de otras naciones europeas —recuento y me salen casi todos los destinos de Ryanair—. Ambiente raruno. Ni mucha alegría, ni poca. Igual es la euforia catalana, esa cosa consistente en tenerlos de corbata cuando el Barça gana de 28. El público —no mucho, no poco—, sólo parece reaccionar ante los fotógrafos, cuando les enfocan, y ante la pantalla gigante, cuando da información. Esto último igual es un indicio de que no hay una idea clara de lo que será la victoria, la derrota, o ni-fu-ni-fa. Es decir, que la fijarán los medios, esas cosas que a veces son públicos y, a veces, concertados. Una metáfora de que, casi todo lo que ha pasado desde 2012, ha pasado en los medios, esos cacharros que tendrían que haber verificado lo que pasa, antes de ser una región de lo que pasa. Ayer, por cierto, se invirtió un poco la tendencia.
Medios pequeños y nuevos medios informaron sobre la génesis de la lista de Junts pel Sí —un momento de terror presidencial cuando se intuyó que Barcelona en Comú podría tener traducción catalana, informaba Sentit Crític; no la tuvo finalmente, snif—, o sobre la falta de credibilidad de Junts pel Sí. Eldiario.es reproducía unas declaraciones del número 7, opinando que la victoria daría fuerza para recuperar lo estipulado en el Estatut de 2006, recortado por PSOE, PP y CiU. En la Red se hablaba mucho también de la posibilidad de que Mas no fuera presi, por pactos entre CUP y ERC. Un indicio de lo que puede pasar, o un indicio de lo que ya está pasando: la cultura de despacho, la cultura de la Transición, no está siendo cuestionada en todo este procés, sino revalidada, lo que puede ser una ilustración de lo que finalmente pasará. La entrevista de Romeva en BBC, en la que Romeva intentó solucionar con respuestas locales —y, en el trance, no pudo— preguntas emitidas desde un canon internacional, orienta un poco también en la direcció de que muchas de las cosas que están ocurriendo son para consumo local. O lo que es lo mismo, tendrán una solución local, intraducible.
Vaya. Sale Homs. Hace de interpretador de guardia. Dice que “hem fet el plebescit que voliem i que no ens deixavem fer”. Un españolismo. Es decir, el Gobierno nos dice lo que hemos hecho. Por lo que ya no hay razón de volverlo a hacer, me temo. Habla Mas. Sinopsis: “Ha guanyat Catalunya”. No dice ni una sola vez el palabro independència. Me muero por ver cómo sigue esta revolución sin cambio de mentalidad.
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