El futuro del aeródromo de Cuatro Vientos, en el aire

Un hombre con una bolsa de deportes colgada al hombro se acerca a Esther Gómez Morante. “¿Es usted la nueva concejal de Latina, no? Esther, tiene que cerrar el aeródromo de Cuatro Vientos. Llevamos años sufriendo el ruido y el peligro de que algún avión se estrelle contra las casas”. Quien habla es José Manuel Serrano, un jubilado que vive desde hace 25 años junto al primer aeródromo que hubo en España, abierto en 1911. La concejal sonríe y le da la razón. “Tenemos un problema y la única opción factible es el traslado y sacarlo de ahí para evitar el riesgo que tienen las casas”, reconoce la edil.

El problema es que el cambio de esa infraestructura no es competencia exclusiva del Ayuntamiento, ya que pertenece a los Ministerios de Fomento y de Defensa. Allí, por ejemplo, están los helicópteros de la Casa del Rey, los de la Dirección General de Tráfico o los de la Policía Nacional, además de varias escuelas privadas de pilotos.

Esther Gómez, que también está al frente de Carabanchel, dirige el segundo distrito más poblado de la capital y con un alto número de inmigrantes. Latina lo forman siete barrios distintos que van desde su inicio, junto al río Manzanares, a su final en el límite con el término municipal de Alcorcón y la M-40. El distrito se creó tras la división administrativa propuesta por el Ayuntamiento en 1845. Estuvo unido a los Carabancheles, que hasta su separación en 1971 lo formaban Carabanchel, Usera y Latina, también conocido como Aluche.

Uno de los principales problemas que arrastra el distrito es la carencia de servicios sociales. La crisis y la pérdida de trabajo de muchos residentes en esta zona han provocado que en la junta haya abiertos 20.000 expedientes que atienden a unas 40.000 personas. “Los servicios sociales están desbordados. El otro día tuve una reunión con los trabajadores y cada uno tramita una media de 1.100 expedientes, lo que hace muy difícil que puedan llegar a todos”, resume la concejal. El 40% de los peticionarios de ayudas son inmigrantes, que representan el 20% de la población del distrito.

Latina tiene una población de 237.953 habitantes, distribuida en 2.541,57 hectáreas, lo que supone que es bastante más grande que muchas capitales de provincia. “El paro está haciendo una gran mella. Hay familias que han caído en él o que directamente se han quedado con un sueldo muy bajo”, reconoce Esther Gómez. El desempleo llega al 14%.

El distrito se halla partido por la autovía de Extremadura (A-5), lo que supone una cicatriz urbana que deja el barrio de Batán aislado del resto. Además supone un enorme problema de ruido para los habitantes de la zona. La situación es tal que la Audiencia Provincial obligó a limitar la velocidad en todo el tramo a 70 kilómetros por hora. Un radar al comienzo de la autovía se lo recuerda a los conductores. “Lo primero que habría que hacer es poner pantallas para reducir el ruido y las molestias a los vecinos”, señala la edil.

El problema de la A-5 está muy ligado al futuro de la Operación Campamento, una zona situada al extremo de la capital, a ambos lados de la autovía de Extremadura, y que llega hasta los límites de Pozuelo de Alarcón y Alcorcón. Son dos millones de metros cuadrados de suelo, cuyo destino parece incierto. El plan General de Ordenación Urbana (PGOU) prevé la construcción de un intercambiador de transporte y la continuación del túnel que hay debajo de la avenida de Portugal hasta la desviación de la carretera de Boadilla del Monte. Estas obras serán proyectadas y ejecutadas por el Ayuntamiento de Madrid.

Más dotaciones sociales O eso es lo que se tenía previsto hasta ahora, porque el nuevo equipo de gobierno no lo ve tan claro. Parte de este desarrollo se pagaría con las viviendas que se pretendían construir allí. “El distrito necesita dotaciones sociales, como residencias para mayores, centros de especialidades médicas y un cuidado medioambiental, porque hay plantas y aves muy protegidas en esa zona”, concluye la concejal. De nuevo, otro proyecto en el aire.

Lo que sí que tiene claro Esther Gómez es cambiar, en cuanto tenga oportunidad, el nombre al parque Alcalde Carlos Arias, más conocido como parque de Aluche. “La gente no lo conoce con su nombre original y además hay que adecuarse a la Ley de Memoria Histórica”, declara. Allí es donde se celebran las fiestas populares del distrito, en mayo. Eso también tiene visos de cambiar. Esther Gómez quiere descentralizarlas por barrios y que haya mayor participación de las asociaciones y colectivos vecinales.