“Dejé de votar socialista por sus políticas de derechas”

Gemma Lienas (Barcelona, 1951) ha escrito más de 90 libros para todas las edades, básicamente novelas, y ocupará el número dos por Barcelona de la candidatura de izquierdas Catalunya Sí que es Pot. Años atrás militó en el PSC, fue impulsora del Grupo de Mujeres del partido, y en 2006 apoyó la candidatura de José Montilla.

“En aquel momento era militante y votante del PSC y me lo pidió Lourdes Muñoz [actual diputada en el Congreso], entonces representante del grupo de mujeres del partido”, explica Lienas, antes de argumentar su alejamiento de los socialistas. “Dejé de votar PSC y PSOE porque sus políticas estaban cada vez más escoradas a la derecha y no se centraban en las cuestiones sociales y económicas”.

Además de eso, apostilla, se distanció del partido porque “no hablaban nunca de sostenibilidad y no estaban de acuerdo con el derecho a decidir”. Esos argumentos, dice, provocaron que cada vez se sintiera “menos representada”, hasta que dejó el carnet socialista.

La escritora dice que fue a votar el 9 de noviembre pero se niega a revelar el sentido de su papeleta. “No lo he dicho nunca y no lo diré, porque nunca me he significado ni a favor del sí ni del no. Lo importante es hacer el referéndum”. explica. Su equidistancia encaja mucho con la posición oficial de la candidatura y de Iniciativa per Catalunya, en la que conviven independentistas, federalistas, incluso autonomistas y donde la cuestión nacional siempre se ha abordado con ambigüedad.

“¿De verdad se cree eso que dice? A mí no me cuadra por ninguna parte”, explica para rechazar que su candidatura no tenga una posición clara. “Mi respuesta en un referéndum estará condicionada a la cuestión social”, añade, y echa pelotas fuera sobre el tema reivindicándose como candidata. “Yo soy más importante para la formación por mi lucha social y de género que por la cuestión nacional. No me dispersaré en los objetivos y mi batalla principal serán los derechos de las mujeres, la educación y la cultura”.

Lienas apoyó en su día la candidatura de Ada Colau al Ayuntamiento de Barcelona y meses atrás abrió una chocolatería en el barrio de Gràcia que tuvo que cerrar por falta de clientela. En su opinión, eso no tiene “nada que ver” con el hecho de que ahora haya aceptado el puesto en la candidatura y rechaza las sospechas de oportunismo que puedan surgir.

Yo soy más importante para la formación por mi lucha social y de género que por la cuestión nacional" Gemma Lienas

“Abrí la chocolatería porque el mundo de la cultura está muy mal y tanto mi hija como yo creíamos que valía la pena tener una alternativa que nos ayudase, pero ninguna de las dos habíamos pensado dedicarnos al negocio. No funcionó y lo dejamos, pero era muy importante probarlo”, explica.

Así como el independentismo ha conseguido agrupar en Junts pel Sí representantes de diversos ámbitos de la sociedad parece que a la izquierda intelectual ni está ni se la espera para el 27 de septiembre. Lienas lo niega y arrima el ascua a la sardina de su candidatura al recordar algunos nombres que la apoyan. “Vicenç Navarro, Marina Subirats y Vicky Peña son personas muy potentes. Lo que sí me parece es que el país está dividido entre los que piensan que la prioridad es la cuestión nacional y los que defienden la cuestión social”. Ella no tiene duda que elige la segunda.

Rechaza que Catalunya Sí que es Pot sea un batiburrillo de formaciones y tira de tópico. “Es una confluencia de diferentes maneras de entender la justicia social. A la izquierda siempre le ha costado mucho unirse, como a las mujeres feministas, mientras que a la derecha, no”. Admite que prefiere a Lluís Rabell, presidenciable a la Generalitat, que a Pablo Iglesias para hacer un mitin, porque conoce más al primero, aunque precisa que le gusta cómo se expresa el secretario general de Podemos y que coincide “con muchas de sus ideas”.

Cuando se le pregunta una propuesta novedosa para la candidatura Lienas considera que “aquellos cargos electos o que ocupen cargos de Gobierno que realicen alguna declaración machista deberían ser expulsados de sus organizaciones o renunciar a su escaño, su acta de concejal o su empleo, porque es necesario un compromiso contra la violencia machista”.