Niños a la sombra
Varios museos de la capital organizan recorridos con material didáctico infantil
Para minimizar los efectos del calor intenso a la hora de hacer planes con los más pequeños, hay algunos trucos a considerar, como acudir a zonas arboladas, en las que se registra una temperatura algo menor, y aprovechar las horas del crepúsculo y la noche.
Los museos también son un buen lugar al que acudir en plena canícula y las visitas autónomas, una opción excelente que permite visitarlo en cualquier momento, sin someterse a un horario determinado, excepto el de las horas de apertura. Para estas visitas, cada centro elabora un material didáctico que entrega, a petición del interesado, en el momento de adquirir las entradas. Este tipo de iniciativas goza de tal acogida en verano que el Museo Arqueológico Nacional ha agotado existencias de estos materiales para sus tres itinerarios temáticos. Volverán a estar disponibles a mediados de agosto.
También ofrece materiales para tres itinerarios distintos el Museo Nacional de Antropología, como el de Los mil y un viajes, que propone un paseo por el planeta a través de las culturas o el juego de pistas ¡Nos vamos de vacaciones!.
El Zoo Aquarium inauguró hace años la oferta de pasar la noche en sus instalaciones y algunos museos se han sumado a esa pequeña aventura urbana. El Museo del Traje ha abierto la inscripción de Durmiendo en el Museo, de la que celebrará dos sesiones (20 y 27 de agosto) para participantes de 9 a 12 años. Aunque está anunciada para el 26 de septiembre Investiga con tu hijo es el programa del Museo Nacional de Ciencias Naturales para niños de 6 a 12 años acompañados por un adulto. Los participantes cenan y desayunan (al día siguiente) en el museo.
El Real Jardín Botánico tiene dos itinerarios para realizar en familia, Árboles singulares (sábados de agosto) y Visita General, los domingos.
El Parque del Retiro es otra opción para pasear bajo árboles y además sigue albergando las funciones del festival Titiriandia. Este fin de semana actúa la compañía costarricense Cucaramácara que representa la obra Pícaros de Fábula, en formato de guiñol clásico y que contiene varias historias cortas protagonizadas por pícaros de distintos orígenes.
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