Simbiosis de señora oronda y hombre gris
Mariano Venancio será el Sr. Kentley en 'La Soga', que llega por primera vez a España como obra teatral
Diez minutos. Es el tiempo de retraso con el que llega Mariano Venancio, (Salamanca, 1947). “Estoy de obras en casa…”, espeta con media sonrisa resignada. Mala idea obras en verano. “Mala idea en general”. Pide un café con leche que no termina de casar con lo que emana de él, ni con su camisa de flores, hojas y barcos. Pero ha sido tantos otros desde que debutó en el 75 con Zorrita Martínez de Vicente Escrivá, que seguro que uno de sus otros yoes encaja con un tradicional café.
Tal vez el Sr. Kentley, el personaje reformado por él mismo para el thriller La Soga, que llega el próximo miércoles al Teatro Fígaro. La pieza fue escrita en 1929 por Patrick Hamilton y adaptada al cine por Hitchcock en 1948. Esta será la primera vez que salte al teatro en España con versión de Jesús Martínez y dirección de Nina Reglero. ¿Argumento? El mismo: dos estudiantes intentan demostrar que el crimen perfecto existe. El cadáver de un compañero al que han asesinado para su rocambolesca empresa está escondido durante una fiesta que ellos mismos organizan y a la que está invitado su profesor, un reputado criminólogo que terminará por descubrir el cadáver.
Planteamiento y personajes (interpretados por Aníbal Soto, Markos Marín, Kiko Gutiérrez, Inge Martín y Julián Teurlais) similares a la versión cinematográfica pero con un invento de Venancio: “Mi personaje es una simbiosis entre el padre de pocas palabras, gris y oscuro del chico al que asesinan y de la señora oronda y dicharachera que lee el horóscopo”.
Pero eso no es todo. Llegó al teatro “por puro amor”, tanto, que ni su representante en España ni en América. pueden opinar sobre sus contratos teatrales. "Puedo trabajar gratis o por la mitad". Desde aquel momento en el que el escenario lo sedujo no ha parado. Ni piensa hacerlo: “No entiendo la jubilación en un trabajo como el mío”. A corto plazo tiene otra función teatral, una serie de televisión, un par de libros que terminar —una autobiografía artística y una recopilación de poemas y textos— y lo reclaman desde Colombia para otro proyecto. “Y no te olvides de mi casa. Que el arquitecto me dijo un mes, y ya llevo tres de obras”. Y los que le quedan.
'La Soga'
El germen de esta obra nace en Valladolid, de donde es Nina Reglero (1967) y donde acabó su premio Max al Mejor Espectáculo Revelación por Dogville de Lars von Trier en 2011. "Cuando quisieron traer la obra a Madrid pensaron que era mejor un actor que ya viviese aquí. Me llamaron, leí la historia, los conocí y acepté".
La Soga le ha dado a Mariano Venancio la oportunidad de crear el contraste entre el victimismo y el humor a través de su personaje, el Sr. Kentley y padre de la víctima en la obra. "Además no hay muchos thrillers en teatro; y son muy interesantes por la intriga policíaca, la tensión y ver cómo se mantienen los actores".
Tremendamente enérgico y con calcetines a rayas, no le dan miedo los personajes, sean cuales sean, "aunque sí un respeto absoluto por si hago el tonto". Nunca espera que un papel le cambie la vida: "Todo son fuegos artificiales. A veces queda un remanso, pero poco más. Lo que sí permanece es el respeto profesional", explica refiriéndose a Camino (2008), la película de Javier Fesser en la que fue el padre de la niña.
Todo lo absorbe y todo lo da. "Me gusta poder compartir mi experiencia y seguir aprendiendo. Siempre me llevo la frescura de quien aún no tiene tantos años de experiencia". "Y un baño de humildad", añade después, porque cree que cuando uno ya está acerado, la vanidad puede llegar y joderlo todo.
La Soga estará en el Teatro Figaro de martes a sábado desde el 15 de julio hasta el 29 de agosto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.