Oltra a Puig: “Tienes que confiar en mi”
Una conversación privada de apenas cinco minutos desbloqueó las negociaciones que han convertido al líder socialista en presidente de la Generalitat
La historia de la política está hecha de pequeños gestos con los que se dibuja el futuro de los Gobiernos. Uno de esos pequeños gestos está en el origen del acuerdo para elegir al socialista Ximo Puig como nuevo presidente de la Generalitat con los votos del PSPV, Compromís y Podemos. Una conversación, cara a cara, de apenas cinco minutos en un pequeño despacho del edificio de los grupos parlamentarios entre Puig y Mònica Oltra salvó el acuerdo de Gobierno el pasado día 11 cuando estaba a punto de descarrilar.
Ese día se constituían las Cortes Valencianas y la jornada previa no podía haber ido peor. Dos de los negociadores socialistas, Alfred Boix y José Manuel Orengo, habían anunciado la suspensión de las conversaciones con Compromís y su intención de buscar el apoyo de Ciudadanos para zafarse de la presión de la coalición que lidera Mònica Oltra, que mantenía sus aspiraciones a la presidencia de la Generalitat. La tensión frustró el encuentro que Oltra y Puig pretendían mantener, a solas, en la Societat Coral El Micalet de Valencia, a la que iba a seguir otra posterior entre Oltra y el dirigente autonómico de Podemos, Antonio Montiel.
En la noche del miércoles 10 de junio, el PSPV seguía con el corazón partido entre quienes apostaban por un acuerdo buscando el centro electoral con Ciudadanos y quienes consideraban que solo una coalición de izquierdas daría estabilidad al futuro Consell de la Generalitat. Mientras, las redes sociales estaban en llamas. Y votantes de los tres partidos, que suman 55 de los 99 escaños, exigían en Twitter y Facebook sensatez a sus representantes políticos, mientras grupos de ciudadanos se sumaban a una vigilia con velas a las puertas del Parlamento valenciano para pedir que no se rompiesen las esperanzas de cambio tras 20 años de Gobiernos del PP.
Esa mañana del día 11, Oltra esperó a Puig en el hall del edificio de los grupos parlamentarios antes de que los diputados accediesen al hemiciclo para la sesión constituyente de las Cortes Valencianas. Puig, que la noche antes había cenado con el presidente de la Generalitat en funciones Alberto Fabra (PP) en una cita concertada con anterioridad, ya sabía que la posibilidad de buscar una fórmula alternativa a Compromís, con el apoyo de Ciudadanos y la abstención de los populares había fracasado.
El encuentro, casi furtivo, sorprendió a Puig. Y aún más cuando la dirigente de Compromís le soltó a bocajarro: "Tienes que confiar en mi". Fuentes conocedoras del encuentro relatan que la dirigente de Compromís le pidió al socialista que escenificase la firma del acuerdo programático esa misma tarde, tras la elección de la Mesa de las Cortes, para no defraudar a la ciudadanía. También le pidió que confiase en una declaración pública que haría al día siguiente, viernes 12, aunque sin desvelarle cuál sería el contenido. "El resto de las piezas encajarán una a una", señaló Oltra. El candidato socialista aceptó. Las grandes decisiones se toman muchas veces en una fracción de segundo.
Al día siguiente, viernes 12, Oltra, rodeada por los principales dirigentes de su coalición, anunció que cedía la presidencia de la Generalitat a Puig y propuso una estructura de Gobierno al 50% entre Compromís y el PSPV. La noticia, recibida con alborozo por los socialistas, desbloqueó en horas los pactos locales más complicados, como Gandia y Torrent, y engrasó la negociación entre el PSPV y Compromís para conformar el Gobierno y sumar a Podemos.
A diferencia de lo que ocurrió en 1995 cuando un reducido grupo de empresarios tuvo que mediar para que el PP y Unión Valenciana sellasen un acuerdo de gobierno que se bautizó como el pacto del pollo para aupar a Eduardo Zaplana a la presidencia de la Generalitat, la izquierda ha resuelto sus primeras discrepancias mirándose a la cara.
Fuentes negociadoras admiten que el acuerdo se traducirá en un Gobierno de coalición mestizo que se nombrará el próximo lunes y no, tal y como pretendía una parte del PSPV, en un Ejecutivo presidido por Puig, integrado por un buen número de consejeros independientes, y con un respaldo mayoritario del Parlamento a un programa político de cambio y regeneración democrática.
Desde hoy, esos son los cimientos del nuevo Consell de la Generalitat. Aunque ahora, tras el ejercicio de confianza de Oltra y Puig, ambos ya conversan, también, sobre otras cosas no relacionadas con la política. Sin desembarazarse, eso sí, de la expectación mediática de una forma de hacer política que está por ahora en construcción.
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