“Las batallas entre socios se dirimen en los órganos de participación”
Carlos García Álvarez, 52 años, gestor de empresas y ONG,s
Carlos García Álvarez, 52 años, gestor de empresas y ONG,s, se presenta a la presidencia del Ateneo de Madrid al frente de la candidatura Convergencia para la Estabilidad Democrática. Fue responsable de las Juventudes del Centro Democrático y Social, CDS. Se confiesa emprendedor y apasionado por la historia y por la innovación. En su candidatura figura Pedro García Bilbao, profesor universitario; Matilde Monserrate, economista; Lidia Falcón, activista feminista y escritora, viuda del anterior presidente del Ateneo, Carlos Paris; el marino Juan Manuel García Menocal y María Paz González López, abogada.
Pregunta. A su juicio, ¿cuáles son los principales obstáculos con los que se enfrenta el Ateneo?
Respuesta. El Ateneo es pura sociedad civil en la defensa del interés general. Y esto resulta incómodo para quienes se creen los únicos intérpretes del interés general y para quienes de la realidad solo ven las etiquetas. El Ateneo es un sitio complejo y contradictorio, vivo y en continua discusión de todo, desordenado y difícilmente predecible. Esto es en realidad es una fortaleza.
P. ¿En qué estado deja el Ateneo el equipo saliente?
R. Con una actividad trepidante: ochenta actos al mes. Con las cuentas en equilibrio, supliendo con los nuevos ingresos generados por la actividad cultural y los alquileres la brutal caída de subvenciones públicas. Con el patrimonio protegido para evitar su deterioro y el edificio recuperado en una buena parte para su uso seguro, contando además con los recursos necesarios para abordar la rehabilitación de lo que falta, gracias al acuerdo con el Ministerio de Fomento. La Junta de Gobierno saliente deja al Ateneo con los grandes riesgos resueltos o en vías de resolverse.
P. ¿Hay espacio para la autocrítica?
R. Somos conscientes también de nuestros errores y de los objetivos no logrados. El principal, no haber conseguido convencer a algunos grupos de socios de que las batallas se dirimen en los órganos de participación que tenemos, que son muchos y están permanentemente abiertos a todo.
P. ¿Qué cabe mantener y qué cabe cambiar hoy en la gestión del Ateneo?
R. Se ha modernizado y racionalizado la gestión y hay que seguir avanzando. Se hizo un organigrama de personal asignando funciones y responsabilidades concretas y evitando que cada miembro de la junta dispusiera a su voluntad de los medios y de los trabajadores, generando conflictos, opacidad e ineficiencia.
P. ¿Cuáles son, a su juicio, las demandas culturales de la sociedad madrileña?
R. Hay una demanda de innovación, de calidad, de riesgo, de autenticidad, de contenido, de radicalidad que es mucho más que la mera provocación. Hay también una demanda de participación, de que se tome en consideración el gusto, las necesidades, las preocupaciones y las opiniones de la gente. Hay un hartazgo de simulación, de repetición, de rictus de autoridad, de divismo.
P. ¿Conecta el Ateneo con esas demandas?
R. Si no lo hiciera dejaría de tener sentido. El Ateneo siempre ha sido un elemento de modernización y de progreso. Hoy en día, el Ateneo sigue siendo el espacio más abierto a esas demandas de modernidad.
P. ¿Dónde piensa concentrar sus energías si obtiene la presidencia?
R. En mantener su independencia, garantizar su continuidad y mantener el nivel de actividad.
P. ¿Cuáles son las principales ideas en liza puertas adentro del Ateneo?
R. En el Ateneo se discute de todo.
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