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El negro presente de los jóvenes valencianos

La frustración laboral lleva a 16.373 menores de 30 años al exilio obligado La tasa de emancipación ha pasado del 51,6% al 22,4% desde el inicio de la crisis

“Tenemos nuevas fórmulas de contratación que se llama: Vente el miércoles a reponer durante dos horas’. A eso se le llama emprendedurismo”. Así resume el panorama laboral actual de los jóvenes valencianos Juan José Ortega, vicepresidente del Comité Económico y Social de la Comunidad Valenciana (CES). Este órgano consultivo ha presentado este jueves un detallado análisis sobre la evolución de la situación sociolaboral de los menores de 30 años desde antes de la crisis a la etapa actual. “Los datos son graves y no es una situación pasajera”, ha alertado Ortega.

El documento relata en 169 páginas cómo la juventud valenciana se enfrenta a unos salarios más bajos, su acceso a la vivienda es más complicado que en el resto de España, cómo la tasa de emancipación se ha desplomado y cómo, la frustración entre los universitarios por no encontrar empleo les ha llevado a la emigración obligatoria. En 2013, 16.373 valencianos menores de 30 años se marcharon al extranjero.

“Están saliendo muchos titulados –hay 4.150 universitarios más que antes de la crisis-, pero sin ofertas para puestos de su cualificación y se van al exterior”, explica Rafael Montero, el vicepresidente del CES y representante de la parte empresarial. El también secretario general de la patronal castellonense ha afirmado que se ha “confundido” la autonomía de las universidades con la conveniencia de “ingerir” en los grados que ofrecen. “Hay un gasto tremendo y luego se generan frustraciones, hay que hacerlo al revés, que formen cada año lo que el mercado puede absorber. Y si no, que admitan que su colocación deberá ser fuera”, dijo. El resultado actual es la subocupación: “Ingenieros que trabajan de camareros”.

Un total de 270.200 menores de 30 años ni estudian ni trabajan

La población activa de entre 16 a 24 años ha caído un 34,7% desde 2007. Antes, 45 de cada cien estaban ocupados. Ahora solo 18. El 57% de los jóvenes están inactivos. En total, 270.200 menores de 30 años son ‘ninis’, un 23% que ni trabaja ni estudia, lo que revela, dice el informe, la escasa repercusión de programas como el de Garantía Juvenil que subvenciona la Unión Europea para fomentar el empleo entre los jóvenes sin trabajo.

Para quienes son contratados, la práctica totalidad son con contratos eventuales por circunstancias de producción o por obra y servicio. A ello se suma que solo 400 empresas valencianas tengan más de 200 trabajadores. “Más de la mitad de empresas de la Comunidad son sin asalariados, es decir, son autónomos”, dice advirtiendo de la dificultad que esto implica para la contratación juvenil. Y si ellos quieren emprender, dice, se topan con en ‘no’ a la financiación.

Un desolador panorama laboral que se ha reflejado en un importante descenso de su calidad de vida. La población joven emancipada ha descendido en 190.000 personas desde 2007. Si antes de la crisis un 51,6% vivía fuera del hogar paterno, ahora lo hacen solo un 22,4%. A pesar de que los ingresos mínimos para comprar una vivienda hayan pasado de 2.523 euros mensuales a 1.647, el sueldo medio de los jóvenes valencianos es menor y hace que el esfuerzo económico para acceder a una vivienda sea de un 30% máximo del endeudamiento tolerable. El riesgo de exclusión social también es superior a la media nacional.

Ante estos datos, el presidente del CES, Rafael Cerdá, ha reclamado medidas para la promoción del crédito, la industrialización y mayor promoción de programas como el de Garantía Juvenil, entre otras, para atajar el paro juvenil en la Comunidad Valenciana.

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