Los lugares de Carmen Boza

1. Bodega La Ardosa. Viví mucho tiempo en Malasaña y es de los pocos sitios que conservan ese rollo del barrio. Cada dos por tres sale un local nuevo de cupcakes o de ropa para perros, pero estas bodegas siguen manteniendo el que imagino que era el ambiente de la zona (Santa Engracia, 70).

2. El Chamizo. Aquí voy a beberme 40 yayos. Siempre pregunto: “Pero, ¿esto de qué está hecho?”. Esa mezcla de ginebra y vermut es una cosa muy rara para los que somos del sur. A todo el mundo que viene de visita hay que llevarle para allá (San Vicente Ferrer, 22).

3. Martínez. Se han subido al carro del gin tonic, con flores, con bayas... pero lleva bastante tiempo abierto. Te puedes encontrar que están grabando una escena de una peli o de un corto, o entrevistando a alguien, porque hay una luz preciosa. Lo recomiendo para tomarse las primeras copas de la noche (Barco, 4).

4. Alfredo’s Barbacoa. Para mí, las mejores hamburguesas de Madrid. Es un local (ahora tienen tres) que abrió un señor tejano que se llama Alfredo. Nunca le he visto, así que a lo mejor es una leyenda. También tienen un menú del día que por 11 euros sales rodando de allí (Lagasca, 5).

5. Plaza del General Vara del Rey. Llevo dos años viviendo en La Latina y es donde más contenta he estado. Yo, que soy de La Línea [de la Concepción, Cádiz], me da la sensación de que esto es más pueblo. En esta parte del rastro hay montones de ropa de segunda mano a un euro que a lo mejor en una tienda vintage de Malasaña te cuesta 20 pavos. Te traes 10 euros y una bolsa de pipas y echas la mañana.

6. Museo de la Radio. Está muy escondidillo y solo abre a partir del jueves. Lo lleva una señora con su hijo y hace comidas caseras, sobre todo lo domingos. Hay unas croquetas buenísimas, unas migas increíbles. La atmósfera muy particular: es un local oscuro y todas las paredes están llenas de un montón de modelos distintos de radios antiguas (Santa Ana, 8).

7. Café Molar. Empezaron como librería, y aunque siguen vendiendo cómics, ilustración y algunos discos, se han dado cuenta de que la gente quiere para un rato, y ahora tiene más tirón la cafetería. Sus tostadas con aguacate y tomate son el desayuno perfecto (Ruda, 19).

8. La Musa Latina. Está muy bien para tomar una cerveza y picar algo en sus grandes mesas. La carta está muy bien, la cambian bastante a menudo, y hay tapas asequibles. No es como las tapas de Madrid, que, como bromeamos una amiga y yo, son un cacho de pan y un trozo de lacón (Costanilla de San Andrés, 12).

9. Calle Lavapiés. Pasar por allí es una experiencia. El que no te vende comida india te vende hachís, te vende marihuana, o te dice guapa. Y se tarda en recorrerla. Entre la calle Preciados y la calle Lavapiés... Yo siempre voy al Shapla o al Shapla II, porque son amigos de cuando vivía por esta zona.

10. Jardines de Sabatini. El paseo desde aquí a las Vistillas por el puente de Segovia es mi favorito. Lo conocí en una de mis caminatas por Madrid. Porque cuando me atoro un poquillo o llevo tiempo trabajando necesito salir a la calle, hasta que me canso. Y Madrid es una ciudad estupenda para pasear. Eso sí, si hace buen tiempo...