Cuentos de Navidad

Caperucitas, burbujas gigantes y hasta un muy especial Papá Noel deambulan estos días por la cartelera escénica infantil, en plena ebullición durante el período navideño.

Aunque no tienen programación estable para niños, los teatros municipales de Madrid exhiben por unas semanas espectáculos para todos los públicos. En el Español (Sala Pequeña) se puede ver Burbujas de Navidad, una creación del artista Luis Beviá que ha trabajado en distintas ocasiones el arte efímero de las pompas de jabón en escena. El argumento muestra a un científico que se encierra en el laboratorio para recuperar su identidad perdida a causa de un conjuro. Y detrás de ese científico hechizado está ni más ni menos que el mismo Santa Claus.

Con aire de cabaret y música de jazz comienza Crónica del lobo, de Elfo Teatro, que muestra a uno de estos animales que acaba de llegar a la ciudad y ha sembrado el pánico. Pero en realidad él solo quiere contar algunos cuentos protagonizados por hermanos suyos. Caperucita Roja, Los tres cerditos y Los siete cabritillos son revisitados con esta singular justificación para mostrarnos a un personaje que siempre acaba mal y que ha provocado su casi extinción. La obra, que recibió una mención especial en el apartado infantil del último Festival de Teatro Clásico de Almagro, mezcla distintas técnicas y lenguajes, desde marionetas, sombras, imágenes de animación y música en directo. En cartel, en las Naves del Español (Matadero Madrid) hasta el 4 de enero.

El cuarteto del saxofonista José Luis Gutiérrez es el protagonista de Mumu. Músicas del Mundo, un espectáculo musical que combina humor, didáctica y proyecciones para hacer un repaso por distintos ritmos surgidos en el siglo XX. Jazz, blues, rock, funky o bossa se pueden disfrutar también en las Naves del Español hasta el 4 de enero.

Hacer de Papá Noel era un viejo sueño del autodenominado bufón Leo Bassi y ahora lo cumple a iniciativa de Teatro del Barrio, que acoge, también hasta el 4 de enero, el montaje A Crazy Christmas Show!!!, un viaje al espíritu navideño de las tradicionales pantomimas británicas, en las que los cómicos más afamados abandonaban su humor adulto para entregarse al público infantil.