Los taxistas bajan las tarifas en plena guerra contra la aplicación Uber

Ahogados por la escasez de clientes tras cinco años de crisis, y amenazados por la irrupción del servicio de conductores de la aplicación informática Uber, los taxistas han decidido hacer “un guiño” a los usuarios en la Comunidad de Madrid, rebajando notablemente sus precios en 45 de los municipios de la región, que agrupan a una población cercana a los dos millones de personas. Desde ayer, los trayectos entre la capital (donde las tarifas se han congelado) y estas localidades, así como el resto de viajes entre esos municipios (agrupados en el Área de Prestación Conjunta) se cobran como si fueran recorridos por las calles de Madrid, es decir, con la tarifa 1 por el día y la 2 por la noche; antes, se aplicaba la tarifa 2 por el día y la 3 (que ahora desaparece) para servicios nocturnos.

Los municipios afectados son Ajalvir, Alcobendas, Alcorcón, Algete, Arganda del Rey, Arroyomolinos, Boadilla del Monte, Brunete, Campo Real, Chinchón, Ciempozuelos, Colmenar Viejo, Coslada, Fuenlabrada, Getafe, Humanes, Las Rozas, Leganés, Loeches, Majadahonda, Mejorada del Campo, Moraleja de Enmedio, Morata de Tajuña, Móstoles, Navalcarnero, Parla, Paracuellos del Jarama, Pinto, Pozuelo de Alarcón, Quijorna, Rivas, San Fernando de Henares, San Martín de la Vega, San Sebastián de los Reyes, Serranillos del Valle, Titulcia, Torrejón de la Calzada, Torres de la Alameda, Tres Cantos, Valdemoro, Velilla de San Antonio, Villaconejos, Villalbilla, Villanueva del Pardillo y Villaviciosa de Odón.

El horario nocturno se extiende una hora más, hasta las siete de la mañana

La bajada de bandera costaba hasta ayer 2,40 euros en días laborables, de seis de la mañana a nueve de la noche, y 2,90 euros el resto de horarios. El precio por kilómetro se estructuraba en tres tarifas: la 1 (1,05 euros) se aplicaba en la zona A (la capital) en días laborables y de seis de la mañana a nueve de la noche; la tarifa 2 (1,20 euros) servía para el resto de horarios en la zona A, y para los días laborables de seis de la mañana a nueve de la noche en la zona B (el resto de municipios del Área de Prestación Conjunta). En esa zona B, el resto de horarios se cobraba con tarifa 3 (1,25 euros).

Desde ayer, se aplican en toda el área conjunta las mismas tarifas que en la capital, que seguirán vigentes además durante 2015 sin subida alguna. Bueno, en realidad sí hay una subida: el horario nocturno crece una hora, y pasa de acabar a las seis de la mañana a finalizar a las siete de la mañana. Además, se mantiene una diferencia entre la capital y el resto de municipios: si un usuario pide un taxi por teléfono, en la zona A, el precio máximo que puede marcar el taxímetro al subir es cinco euros, mientras que en la zona B asciende a ocho euros. Sigue sin cambios la tarifa al aeropuerto de 30 euros (desde o hacia la almendra central), y el precio mínimo de 20 euros para trayectos con salida de esa instalación.

“Con esta propuesta novedosa se pretende reforzar el sector del taxi para que sea más competitivo y transparente, un medio seguro y regulado de transporte. Eliminar la diferencia tarifaria entre las zonas A y B favorece a los usuarios”, explica el Ayuntamiento de Madrid (en manos del Partido Popular). La medida ha sido consensuada por las dos grandes organizaciones del sector en la región.

Julio Moreno, presidente de la Asociación Gremial de Madrid (que agrupa 9.000 de las 15.700 licencias), lo considera “un guiño” a los clientes. “Lo más justo es que los usuarios de Las Rozas o de Rivas paguen lo mismo que los de la calle Serrano o la Gran Vía. Cerca de dos millones de personas van a notar una rebaja sustancial, la política de precios debe ir a la baja, debemos ofrecer un buen servicio a un precio más asequible”, añade Moreno.

El presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, Julio Sanz (que representa a unas 5.000 licencias), aseguró ayer en un acto en Ifema que Uber “no es que sea más barata, es que es ilegal”. “Nosotros también podríamos bajar mucho más los precios si no pagáramos el IVA, el IRPF, los seguros sociales y el del vehículo”, añadió, según recoge Efe.

Moreno coincide en este análisis: “El problema no es de tarifas, queremos dar un servicio de calidad con todas las garantías y con un conductor que cumple todos los requisitos, contribuyendo además al erario público. Los negocios se tienen que adaptar a las leyes, no las leyes al negocio”.

Uber comenzó a operar en Madrid en septiembre (en Barcelona lo hizo en abril, y cuenta con unos 700 conductores, según los taxistas), pero no había llegado a coger fuerza aún cuando, el pasado 9 de diciembre, el Juzgado de lo Mercantil número 2 de la capital ordenó de forma cautelar el cese y la prohibición a nivel nacional de esta plataforma informática (que funciona a través de una aplicación de teléfono móvil).

Uber señaló entonces que “seguirá estando disponible para los usuarios en España”, pese a que el auto judicial no admite recurso. La plataforma sigue activa.