Películas que desmontan tópicos

Son muchos los nostálgicos de la época de oro del cine italiano, esa etapa gloriosa que forjó auténticos monstruos sagrados como Federico Fellini, Michelangelo Antonioni o Luchino Visconti. Sin embargo, pese a las abundantes críticas a las películas actuales, la cinematografía italiana sigue más viva que nunca y no ha abandonado aquella voluntad de darse a conocer fuera de sus confines. Enseñar las cintas más arriesgadas de la última temporada cinematográfica del Bel Paese es el propósito de la Muestra del Cine Italiano de Barcelona desde el viernes y hasta el 18 de diciembre. Las salas de los cines Verdi proyectarán —el acceso es gratuito— ocho largometrajes, una retrospectiva dedicada al diálogo entre cine italiano e inmigración y otras proyecciones especiales. Todos estrenos absolutos en España.

Bajo el lema Otro punto de vista, la muestra quiere celebrar el periodo de prosperidad que la producción cinematográfica italiana más reciente está viviendo gracias a un denso grupo de cineastas comprometidos y capaces de llevar a la gran pantalla relatos brillantes y en las antípodas de los típicos clichés all'italiana. “A comienzos de los 90, tras la superación del trauma del cinecidio íntimamente vinculado a la irrupción de las televisiones comerciales, surgió una nueva generación de directores, actores y productores que han contribuido a regenerar nuestra forma de hacer cine”, explica Daniela Aronica, responsable de aquello que define como “el festival de los festivales”.

Las cintas que se podrán ver en Barcelona han participado en los festivales de Cannes, Venecia, Locarno, Toronto y Londres y han cosechado un gran reconocimiento internacional. Un cine “hibrido de contaminaciones entre géneros" que ha perseverado en un esfuerzo constante por ir más allá de sus fronteras y explorar los bordes de una sociedad inquieta que no tiene miedo de desmontar los tópicos más obstinados, escrutarse en el espejo y "llegar a enseñar su lado obscuro”.

Es el caso de In grazia di Dio, la película del director Edoardo Winspeare que inauguró ayer la muestra y que narra la historia de cuatro mujeres que viven en un alejado pueblo del sur de Italia. Cuatro diferentes generaciones de donne italiane que, pese a la crisis económica que parece aniquilarlo todo, no se resignan y, cada una con su actitud, siguen creyendo en la posibilidad de edificar la tan anhelada felicidad.

Las mismas turbulencias e inquietudes se entrevén en la cara más experimental de la cinematografía italiana. En algunos casos se trata de auténticas composiciones audiovisuales como The Lack, la primera película de Masbedo, una pareja de destacados videoartistas de Milán que han realizado cuatro variaciones sobre el tema de la falta, una vez más desde una perspectiva enteramente femenina. Una obra hipnotizadora al límite entre el cine, el teatro y el lenguaje conceptual que se proyectará este domingo. “Más allá del persistente realismo que es su característica básica, el cine italiano ha logrado desarrollar una calidad estética y una investigación visual que ha hecho posible convertir en películas también historias aparentemente ordinarias”, apunta la directora del festival que este año dedica también una sesión especial al tema de los éxodos. Cuestión que ha marcado y sigue marcando, la memoria del cine italiano, antes en las formas de la emigración y actualmente en las de la inmigración.