De butacas, cañas y amigos

1. N. del T. Es una aventura que tiene 11 años ya y que empezamos un grupo de amigos: José Bornás, director de teatro, Alejandro Sigüenza, actor también, y yo. Lo abrimos porque nos gastábamos mucho dinero en bares y dijimos: “¡Vamos a reinvertirlo!”. No sabíamos dónde nos metíamos. Hubo que picar todo porque era un taller clandestino, pero ahora ponemos los mejores mojitos de Madrid (Tabernillas, 15).

2. Las fiestas de la Paloma. Los socios del bar nos hemos involucrado en las fiestas, luchamos para que la celebración continúe y respete la vida de los vecinos. Toda esta cosa castiza debe permanecer. Al fin y al cabo, no deja de ser una expresión pública cultural y social de la vida del barrio y de la ciudad entera.

3. Jardín del Príncipe de Angloa. Me encanta la plaza de la Paja, la tranquilidad de las terrazas. De vez en cuando me escapo a este jardín, que es tranquilísimo, te olvidas de que estás en Madrid. El otro día vine y había un grupo de gente montando una fiestecita con guitarras. Eso solo pasa aquí (Plaza de la Paja).

4. Taberna Sanlúcar. El dueño de este local, Andrés, es un amigo increíble. Él es murciano, como yo, y se ha generado un ambiente muy guapo porque nos juntamos gente de teatro y cine, todos del sur. Es un punto de partida estupendo para empezar la noche (San Isidro Labrador, 14).

5. Bar El Viajero. La codiciada terraza de El Viajero, que no tiene igual en todo el barrio, es pionera en La Latina. Te subes arriba y estás en otro universo. El mundo terraza en Madrid es el futuro: no solo se está fresquito en verano, sino que permite mirar la ciudad de otra manera (Plaza de la Cebada, 11).

6. Hotel Suecia. Otra de terrazas, pero esta más noble. ¡Se ve la manzana del Banco de España, que hay casa dentro y nunca te lo imaginarías! Ojalá volvamos a tomar las terrazas, y no solo en verano (Marques de Casa Riera, 4).

7. Teatro de la Comedia. Por desgracia está cerrado, pero le tengo un cariño increíble. Es la sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con la que me he pasado trabajando ocho años. Aunque también le tengo mucho cariño al Pavón [actual sala de la compañía], tengo muchísimas ganas de ver abierto el de la Comedia. Es el espacio que más deseo ver abierto en Madrid, y eso que hay muchos que van cerrando... (Príncipe, 14).

8. Sala Sol de York. ...como este. Y es una pena. Han cerrado porque son honestos y pagaban a todo el mundo, porque no han tenido una sola ayuda y por el IVA cultural. Pero estoy seguro de que volverán a abrir algo pronto. Ellos no se quedan quietos (Arapiles, 16).

9. El bar de Tino. Su café es el mejor de la ciudad. Salgo de casa y lo tengo ahí, en frente de la colonia donde vivo, en Vallecas. El tipo y su mujer son encantadores. ¿Por qué me voy a tomar el café en casa cuando me lo puedo echar en la puerta del Tino con mi perro? (Arroyo del Olivar, 14).

10. Bar El Negro. No sé su nombre real, pero todo el mundo le conoce así por el mural que lo decora. Es el sitio de referencia para la profesión, el típico al que vas tras los estrenos y donde terminas la noche sí o sí (Ventura de la Vega).