Ceniceros de lata y olor a vinilo

1. La Terraza de la Casa Encendida. La Casa Encendida es un sitio muy vivo de Madrid, tiene de todo: los conciertos que organizan son geniales, me gustó mucho el festival de Creative Commons, las exposiciones son buenas, es gratis… Y ahora en la terraza han abierto una cafetería (Ronda de Valencia, 2).

2. Mashita. Es un sitio de comida coreana en el que uno puede pintar en la pared, como dice una costumbre coreana, aunque ya casi no queda hueco. La camarera es entrañable, se come barato y bien. Está buenísimo el bibimbap, los fideos de patatas o las gyozas (Bola, 12). 

3. El auditorio del CaixaForum. Me fastidia que ahora haya que pagar entrada para las exposiciones. Así que ya no soy tan fan de este lugar, aunque cuando voy siempre bajo al Auditorio, una parte muy vacía que no se conoce mucho y que es superbonita. Es entero de madera y entran unas ganas tremendas de gritar (Paseo del Prado, 36). 

4. Recycle Music Center. Esta tienda de música la lleva ahora mi buen amigo Dj F. Si te gusta la música electrónica tienes que ir. O si te gustan las tiendas llenas de cosas: aquí en unos 12 metros cuadrados puede tener 20.000 discos. Huele a vinilo (Palma, 34).

5. Toma Café. Es el sitio donde ponen el mejor café del mundo. Y los mejores bizcochos: hay uno de almendra y mandarina que se te va la olla. No lo tienen siempre, pero cuando lo tienen es un hit. Yo soy muy de café después de comer, pero cuando trabajo tomo todo el rato. Tengo que quitarme de la cafeína (Palma, 49).

6. Parque de la Quinta de la Fuente del Berro. Ahí voy a sacar a mi perro, Rufo, que es un chusterrier, vamos, un chucho. Hay plantas y árboles de especies exóticas, es muy agradable y por el verano se está fresquito, algo muy a tener en cuenta.

7. Circo de las tapas. Para comer menú es el sitio perfecto, una apuesta segura cuando no sabes dónde ir. Además, es muy acogedor, me encantaría vivir dentro, con esa decoración y esa luz. La comida es de la de toda la vida pero con un twist: te ponen gazpacho pero a lo mejor es de frambuesa (Corredera Baja de San Pablo, 21).

8. Calle de Postas. He sido camarera mucho tiempo y cuando iba a trabajar a la zona de La Latina siempre pasaba por esta calle, que va de Sol a Plaza Mayor. Cuando volvía mosqueada del trabajo este trayecto me ponía de muy buen humor. Están esos que se disfrazan de cabras, los guiris contentos, una mezcla muy guay entre una bombonería muy lujosa, el Museo del Jamón y el yonqui que fabrica ceniceros de lata.

9. Un ventanal de mi casa. Vivo en un bajo, en la Elipa, que da a un patio interior que es como un parque pequeño. Me encanta mirarlo desde mi ventanal. Entre las plantas veo corretear a los gatos callejeros, a mi perro y a una vecina que corre al anochecer. Es un pequeño paraíso dentro de Madrid.

10. Librería Cave Canem. Me interesa su selección de libros, las editoriales con las que trabajan. Además, tienen muchos regalitos y cosas que a mí siempre me solucionan los cumpleaños. Sobre todo me gusta leer libros que me recomiendan amigos. Me fío (Dr. Fourquet, 11).