Sánchez afirma que sus avales en el PSOE son solo fruto de su trabajo

En la tierra donde mejor funciona el PSOE de toda España (Sevilla), dentro de la federación que mejor funciona de toda España (Andalucía), el diputado madrileño Pedro Sánchez Castejón reivindicó anoche el haber reunido 45.000 avales fruto de su trabajo, de su propio esfuerzo, cuando desde el 18 de diciembre pasado comenzó en Don Benito (Badajoz) con muy poca gente su carrera para liderar el PSOE.

A Sánchez pareció molestarle las preguntas que ayer le hicieron los periodistas en Sevilla sobre el apoyo que ha recibido del potente aparato del PSOE andaluz. En todas las provincias ha habido coordinadores en torno a su candidatura, que han estado en contacto con el exconsejero Francisco Menacho, que ha ejercido como el director de la campaña regional. Aunque hoy se sabrá con exactitud de dónde proceden los avales, las firmas suscritas por militantes andaluces en apoyo de Sánchez Castejón se estiman en unas 14.000 de los 45.655 afiliados en Andalucía.

“El único aparato que conozco es mi coche, es la carretera y los militantes de base. Me lo he trabajado, mi aval es mi trabajo”, dijo el candidato a la secretaría federal del PSOE, consciente de que, en su partido, las apuestas avaladas por las direcciones han ido casi siempre en sentido contrario a las de las bases. Y una vez pasado el corte de alcanzar casi 10.000 avales, la decisión última descansará en los 197.468 militantes que hay en el censo cuando voten el 13 de julio.

Aunque dirigentes del PSOE andaluz creen que los apoyos de Sánchez Castejón lo lanzan directamente al puente de mando del partido, frente a los 26.000 obtenidos por Eduardo Madina y los 12.000 de José Antonio Pérez Tapias, tampoco olvidan las experiencias anteriores. Ocurrió cuando el aparato apoyó a Joaquín Almunia frente a José Borrell y ganó este último. Y pasó también en el congreso que aupó a José Luis Rodríguez Zapatero a la secretaría general. Entonces, la orden que se transmitió desde Andalucía fue la de apoyar a José Bono, que se quedó a las puertas de ganar por tan sólo nueve votos.

Parte de la explicación del apoyo de los dirigentes andaluces a Sánchez Castejón se encuentra en que éste se puso a disposición de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en las semanas en las que la sevillana sopesó aspirar a la secretaría general. En el caso de que ella hubiera dado el paso, el madrileño le comunicó que no competiría sino que se sumaría al proyecto. Pero esta es sólo parte de la explicación, hay otras aunque entran en el terreno de las especulaciones ante el futuro.

En un acto con más gente que el celebrado el pasado lunes por Eduardo Madina en la sede del PSOE de Sevilla, Sánchez destacó el valor de Susana Díaz y del PSOE andaluz. “El centro del cambio debe estar protagonizado por el PSOE de Andalucía, no entiendo que Andalucía no esté en ese proceso”, dijo.

El candidato dio las gracias a todos los militantes, no sólo a los que le han avalado a él, sino también a los que han firmado por los otros cuatro aspirantes.

En los 15 días de campaña, Sánchez Castejón lanzará dos ideas: la necesidad de un cambio en el partido que implique un giro hacia la izquierda y la “unidad” de todos los socialistas que logre fortalecer a su organización. Este objetivo es compartido por todos los aspirantes, que quieren conjurar un congreso de división como el de Sevilla.