La limpiadora asesinada en Pinto acababa de cobrar 230 euros
El cuerpo de la mujer fue encontrado por un vecino el pasado martes
El asesino o los asesinos de Teresa Ruiz Rodríguez, una señora de la limpieza de 54 años vecina de Pinto, tuvieron que franquear el martes a plena luz del día dos puertas antes de toparse con su víctima. Una cancela de hierro pintada de blanco de un edificio de nueva construcción en el popular barrio de Santo Domingo permite la entrada al soportal. Y, a continuación, una puerta de aluminio acristalada da acceso al portal. Ambas, con su correspondiente portero automático. Desde que el cuerpo sin vida de la mujer fuese encontrado con un fuerte golpe en la cabeza a las 19.50 del martes por un vecino del edificio, en el número 22 de la calle Santo Domingo de Silos, todo el vecindario está alterado.
Estaba tirada en el suelo del cuarto de la limpieza, según relatan los vecinos, "en el sótano, al lado de los trasteros y del garaje". Varios vecinos aseguran haber salido esa misma tarde con sus coches y no haber visto nada. Sin embargo, según los investigadores del caso, llevaba horas --entre 4 y 8 horas-- muerta y fue asesinada con un objeto contundente --no encontrado-- allí mismo. Un testigo ha asegurado que la vio a las 12.00 de la mañana de ese mismo día. Nadie se explica lo ocurrido: ¿Quién querría matar a una mujer de mediana edad, divorciada, madre de dos hijos que, además, se habían quedado huérfanos de padre recientemente? ¿Y por qué?
"No es la primera vez que entran a robar", comentaba una vecina del inmueble que asegura que hace unos meses "los ladrones" desvalijaron su trastero y el de otros vecinos. Lo mismo ocurrió en el edificio de enfrente recientemente. Sin embargo, en esta ocasión nadie ha denunciado robo alguno. Lo que no ha aparecido, en todo caso, es el bolso de la víctima.
Precisamente ese día Teresa Ruiz Rodríguez, que al parecer trabajaba también limpiando una nave del polígono industrial de Pinto, había cobrado y llevaba --según sus familiares-- 230 euros encima, aparte del móvil y sus enseres de limpieza, que tampoco han aparecido, según fuentes de la investigación.
Desde las seis de la tarde, la hora a la que solía regresar a su casa, su hija y su hijo, dos jóvenes de unos 20 años, la llamaron por teléfono insistentemente sin obtener respuesta y comenzó una búsqueda que terminó horas más tarde por casualidad, cuando ese vecino se topó con el cadáver al bajar a por algo a su trastero.
"Era una mujer que no hacía más vida que el trabajo, la casa y sus hijos", contaba su madre, Elena Rodríguez Lora, oriunda de Córdoba, también viuda, con otros dos hijos y ayer destrozada por el dolor. "¡Por quitarle una mierda que llevaba!", gritaba. "Anoche estaba como loca, dando zapatazos, me tuvieron que dar una pastilla muy fuerte y esta mañana debía seguir bajo sus efectos porque me he caído en el baño y me he dado un testarazo en la cabeza y me han tenido que llevar a Urgencias", contaba.
El grupo de homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil seguía ayer con sus pesquisas para tratar de dar con el o los asesinos sin que se conocieran más resultados. Tampoco se sabían aún los detalles de la autopsia.
Teresa Ruiz Rodríguez, será enterrada hoy a las 9.00 de la mañana en el cementerio de Pinto, arropada por sus hijos, hermanos, madre y todos los amigos y familiares que a última hora de ayer seguían velando desconcertados su cuerpo en el tanatorio del municipio madrileño.
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