La CCMA renuncia a privatizar la publicidad en TV-3

La oposición y los trabajadores de TV-3 han ganado una de las batallas que mantenían con la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales: el ente gestor de los medios públicos frenó ayer la privatización de la publicidad en TV-3. La rectificación fue decidida en una reunión extraordinaria del consejo de gobierno de la CCMA, que preside Brauli Duart, y que supuso un cambio en la política que el ente había defendido durante los últimos meses.

La CCMA declaró desierto un concurso al que optaba como favorito el Grupo Godó —propietario de La Vanguardia y de 8TV— y al que también concurría el grupo Zeta, editor de El Periódico. Los trabajadores temían la cesión de un área estratégica de TV-3 a Godó, propietaria de una cadena de la competencia. El ganador del concurso habría optado a un máximo de 16 millones de euros por seis años de gestión.

El ente que gestiona los medios públicos dio tres razones para justificar su cambio de opinión. En un comunicado, la CCMA apuntó que la continuación de la publicidad en Catalunya Ràdio —el Gobierno se planteó suprimirla— permite un modelo conjunto en la Corporación. Añadió que el cierre de varios canales de TDT de los grupos mayoritarios (Mediaset y Atresmedia) augura un reparto más favorable del paquete publicitario. Y la razón principal que esgrimió es una mejora del mercado: “Hay una evolución positiva de los ingresos publicitarios de la CCMA el último trimestre del 2013 y el primer trimestre del 2014 que confirma los indicios de recuperación”, apunta el comunicado.

TV-3 logró en marzo y abril un crecimiento del 9,4% respecto a los mismos meses de 2013, según los datos de la CCMA. En la decisión también han pesado los análisis del sector televisivo, en leve crecimiento según las empresas especializadas I2P (+1,1%) e InfoAdex (+3,1%).

Las presiones de ERC han influido en la marcha atrás de la Corporación

Hasta la última comisión de control parlamentaria, Duart defendió que la caída de ingresos publicitaria motivaba la externalización. Privatizar la publicidad permitía, según su argumentación, mejorar los ingresos de TV-3. También en las cuentas de la CCMA se consignó el descenso publicitario, de los 60,5 millones de 2013 a los 57,8 millones de 2014. En su última intervención en el Parlament, Duart ya dejó entrever un cambio. De la defensa cerrada de la privatización en anteriores sesiones pasó a dejar abierto el resultado del concurso: “Nosotros solo tenemos un objetivo, que es asegurar que haya un incremento de los recursos previstos en publicidad. Y esta, y no otra, será la única guía en nuestra decisión final”.

En el cierre del concurso también ha influido las presiones políticas, según varias fuentes conocedoras de la negociación. Esquerra Republicana (ERC) hizo de la privatización en los medios públicos un caballo de batalla contra su socio parlamentario, CiU, y la presión del partido se intensificó en las últimas semanas. Después de que el Gobierno catalán lograra el aval parlamentario a la decisión gracias a los votos de PSC y PP, los republicanos afearon, en público y en privado, que sus socios pactaran con otros partidos cuestiones que no podían acordar con ERC. La advertencia se intensificó cuando CiU volvió a hacerlo por BCNWorld.

La decisión se ha ido madurando las últimas semanas, durante las cuales, según otras fuentes conocedoras de la situación, uno de los concurrentes a la oferta, Godó, había mostrado su intención de echarse atrás. La CCMA afirma que, oficialmente, ni Godó ni Zeta se habían retirado oficialmente del concurso. La decisión llega en un momento en que La Vanguardia ha marcado distancias con el plan soberanista de la Generalitat tras varios meses de apoyo explícito.

Los trabajadores de la cadena pública celebraron la rectificación: “Es una muy buena noticia para los trabajadores y para el futuro de la CCMA. Implica mantener el control de la publicidad y no ceder a terceros la cartera de clientes ni la parrilla de programación”, apuntó en un comunicado CC OO, que atribuyó el cambio de estrategia a “las presiones políticas y la insistente campaña llevada a cabo por los trabajadores de TV-3”.