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Balcells lleva a Cervera las bibliotecas de Terenci y Ana María Moix y Gil de Biedma

La agente traslada el fondo, aun no inventariado, desde Barcelona a un almacén de su empresa para estudiar bien su contenido y decidir su futuro

Cajas con los libros de Terenci, Ana Maria Moix y Gil de Biedma, el pasado 23 de abril en una calle de Barcelona.
Cajas con los libros de Terenci, Ana Maria Moix y Gil de Biedma, el pasado 23 de abril en una calle de Barcelona.MARC ANDREU

Las bibliotecas personales de los escritores barceloneses Jaime Gil de Biedma, Terenci Moix y su hermana Ana María están, desde el 23 de abril, a buen recaudo en el almacén que la Agencia Carmen Balcells tiene en la localidad leridana de Cervera. Allí fueron trasladados los libros en decenas de cajas desde un piso que Ana María Moix, fallecida el pasado febrero, tenía en el Eixample de Barcelona. La compleja mudanza literaria, que se ganó una doble sanción de la Guardia Urbana en plena mañana de Sant Jordi, duró dos días y fue organizada personalmente por Balcells. Lo confirma ella misma, que sigue activa y dedicada con celo a sus autores más queridos pese al luto por Gabriel García Márquez y a haber dejado las riendas de la agencia en manos del joven Guillem d’Efak.

“Fue una operación compleja”, aclara Balcells, que rebaja a anécdota la doble multa que la Guardia Urbana puso a los operarios encargados del traslado. El 23 de abril, dos agentes sancionaron a los que trasladaban las cajas de libros en la ronda de Sant Antoni por “ocupación indebida del espacio público” y falta del permiso municipal de mudanza, solicitado in extremis el día anterior. Puro formalismo, pues casi nadie prestó demasiada atención en plena calle a las etiquetas que identificaban las cajas como “Biblioteca Terenci Moix”, “Biblioteca Ana María Moix” y “Biblioteca Gil de Biedma”. Sea como fuere, la mudanza se llevó a cabo y los libros —que no fueron previamente inventariados y se desconoce cuáles y cuántos son y qué primeras ediciones o anotaciones de sus propietarios incluyen— se conservan ahora en Cervera junto a parte del valuoso archivo de Balcells.

MARC ANDREU

La agente literaria no ha decidido aún el destino que dará a la triple colección privada de sus tres amigos barceloneses. En el caso de la biblioteca de Gil de Biedma —que éste donó a Ana María Moix y que ella conservaba junto con la de su hermano Terenci—, complementa los 2.000 folios de diarios, notas, apuntes y cartas que el poeta ya legó a Balcells en 1989, meses antes de morir. Con todo, fuentes de la Agencia Balcells apuntan como probable que todos estos libros acaben en alguna biblioteca catalana. Quizá la Biblioteca de Catalunya, donde el Departament de Cultura está empezando a forjar un fondo de documentación editorial a imagen y semejanza del Institut Mémories de l’Édition Contemporaine de Francia y en el que ya hay papeles de Josep Vergés y Esther Tusquets y de sellos como Montaner y Simón, Espasa, La Magrana y Gustavo Gili.

De ser este el destino final de las bibliotecas de los hermanos Moix y de Gil de Biedma, extremo que no confirman ni Balcells ni el Departament de Cultura al respecto, los libros de los tres autores barceloneses no se sumarían a las 2.000 cajas de documentación que la agente literaria vendió a finales de 2010 al Ministerio de Cultura por tres millones de euros con destino al Archivo General de la Administración, con sede en Alcalá de Henares. Ese fondo, con originales y pruebas corregidas de escritores, liquidaciones de derechos de autor y anticipos, cartas comerciales entre la agencia y las editoriales y también misivas entre Balcells y sus autores, fue cerrado en 2011 para ser catalogado.

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