La reválida de Germán

En su foto de WhatsApp, Germán Parreño (Elche; 1993) posa con la cuidad de Barcelona de fondo. Una postal del portero del Espanyol en los búnkeres del barrio del Carmel (antigua batería aérea de la guerra civil), en lo alto del Turó de Rovira. Un rincón de la ciudad ajeno a la popularidad, solo para los lugareños. “La foto me la hizo mi hermana sin que me diera cuenta. Estábamos de paseo con la familia, es uno de mis lugares preferidos”, cuenta el meta blanquiazul, que llegó a Barcelona en 2007, con apenas 14 años.

“Ni me lo tuve que pensar, la cantera del Espanyol tiene mucho nombre”, cuenta Germán sobre el día en el que el club blanquiazul fue a buscarle al Elche; “recuerdo cuando llegué a la residencia y a las instalaciones. A mis padres y a mí nos dio la sensación de estar en familia”. Ya podía ser porque lo tenían en mira desde hacía tiempo. “Era muy pequeño y daba una gran sensación de tranquilidad. Era un chico muy regular, serio y atento para aprender. Ya de infantil parecía mayor”, explica Manel Casanova, excoordinador del fútbol base.

“Soy muy joven y tengo que aprender mucho. No tengo una espina clavada ni nada con esos dos partidos”, asegura Germán

Siete años en el club y Germán se estrenó en este curso con el primer equipo, en el partido de ida de la Copa frente al Jaén (2-2). El debut fue poco feliz; no estuvo afortunado en ninguno de los dos goles. Y aunque parecía que la Copa era su competición, Aguirre lo sentó en el banquillo en la vuelta. Un revés para el portero, que tendría una nueva oportunidad, de nuevo lejos de casa y en la Copa, esta vez ante el Alcorcón. Y volvió a quedar sonrojado en el único tanto del encuentro. Pero sus compañeros, más allá de los goles encajados, destacaron que el meta siempre les transmitió tranquilidad. “Es valiente”, interviene Tommy N’kono, entrenador de porteros blanquiazul; “me gusta cuando se lanza un centro al área y el arquero va a buscar el balón. Y mucho más si lo hace después de haber cometido un error. Demuestra carácter”.

“Soy muy joven y tengo que aprender mucho. No tengo una espina clavada ni nada con esos dos partidos”, asegura Germán. “Lo de la Copa era una probadita. Forma parte de su proceso de aprendizaje. Ha evolucionado desde la pretemporada hasta hoy”, tercia Aguirre. Con Kiko Casilla sancionado, Germán volverá hoy a ponerse bajo los tres palos frente al Sevilla (19.00 horas). “Tuvo su oportunidad y no se vino abajo. Para la edad que tiene, está muy asentado. Tiene mucha cabeza. Es un portero moderno, que maneja todos los conceptos del juego”, analiza Casilla. “Si le sale un buen partido perfecto y sino, también. A todos nos puede salir mal alguna vez. Tiene toda mi confianza”, insiste el técnico mexicano. “Se aprende jugando, entrenando y viendo”, asegura Germán, siempre sereno; “es un sueño debutar en Primera”.