Tres muertos y dos desaparecidos al abordar un mercante a un pesquero
El arrastrero se hundió en pocos minutos tras colisionar en la ría de Vigo. Las tareas de búsqueda están siendo coordinadas por Salvamento Marítimo El mercante es el Baltic Breeze, cuya tripulación no ha sufrido daños
Nadie entiende cómo pudo suceder. A pesar de sus 30 años de antigüedad, el Mar de Marín era un arrastrero bien equipado y con una tripulación experimentada. Hacia las 2.45 de este martes, cuando se hacía nuevamente a la mar tras vaciar sus bodegas en el puerto de Vigo, le cruzó la proa al gigantesco Baltic Breeze, que navegaba en sentido contrario. Más de 160 metros de eslora contra apenas 34. Las casi 40.000 toneladas del carguero de vehículos hicieron añicos el casco del pesquero, que se ha hundido en cuestión de minutos. Cinco tripulantes han sido rescatados. Peor suerte han corrido los otros cinco: los cuerpos de tres de ellos han sido recuperados sin vida por sus propios compañeros, mientras que mañana miércoles se reanudarán las labores de búsqueda de los dos restantes.
El accidente se ha producido en la entrada sur de la ría de Vigo, entre las Cíes y el cabo de Monte Ferro, en el municipio de Baiona, en una zona en la que las cartas náuticas delimitan con claridad un dispositivo de separación de tráfico que actúa como los carriles de una carretera. Las condiciones meteorológicas no eran las ideales, pero no cabe atribuir el siniestro al temporal. En realidad, no existe ninguna explicación clara de por qué el Mar de Marín se cruzó en la trayectoria del carguero. Un juzgado de Vigo ha abierto diligencias para esclarecer los hechos, que la Asociación Española de Titulados Náutico-Pesqueros (Aetinape) cree que pudieron deberse a “una concatenación de errores humanos”.
En paralelo a la investigación judicial, miembros de la comisión de investigación de accidentes marinos, dependiente del Ministerio de Fomento, subieron a bordo del Baltic Breeze junto a agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, para examinar el buque contra el que impactó el pesquero. Los miembros de la comisión y los agentes han interrogado a la tripulación y han tomado fotografías del casco del mercante, con bandera de Singapur, en cuya proa eran apreciables algunos desperfectos como consecuencia del impacto.
El pecio del pesquero, con base en Marín (Pontevedra), ha sido localizado a unos 57 metros de profundidad. Se desconoce si los cuerpos de los dos desaparecidos se encuentran en su interior, ya que los buzos de la Guardia Civil no han podido realizar la inmersión debido a las adversas condiciones climatológicas. La búsqueda se ha mantenido durante todo el día en el entorno del lugar del accidente, coordinada por el Centro de Salvamento Marítimo de Vigo. En ella han participado los helicópteros Pesca 1 y Helimer 203, que han tenido que suspender su labor varias veces debido al fuerte viento. Por mar, forman parte del dispositivo cuatro embarcaciones de salvamento junto a otras de Guardia Civil y Vigilancia Aduanera y varios pesqueros.
Los familiares de las víctimas han seguido desde el puerto de Vigo las labores de búsqueda, auxiliados por un grupo de psicólogos. “Esto es muy duro”, lloraba Mercedes, hermana de Manuel Domínguez Mallo, uno de los desparecidos, vecino de Marín, de 52 años e “hijo y hermano de marinero”. “Lo peor ya lo sabemos”, se ha lamentado, en referencia a las cada vez más escasas posibilidades de que su hermano aparezca con vida. El otro cuerpo que aún no ha sido recuperado es el de Alexander Nketiah, nacido en Ghana, muy conocido en Marín, donde residía desde hace años.
Los fallecidos son el maquinista Carlos Santos Villar, de Cangas (Pontevedra), de 47 años y con dos hijos de cuatro y seis años; Hassan Boudra, marroquí afincado en Marín, que llevaba años en Galicia con su mujer y sus hijos, y el patrón del barco, Alejandro García, natural de Poio y residente en Barro, de 46 años, también con dos hijos. Todos ellos eran considerados por sus compañeros como unos marineros muy experimentados. Sus cuerpos han sido trasladados a un hospital de Vigo, donde se les ha practicado una autopsia.
Los cinco supervivientes evitaron irse a pique con el Mar de Marín al subir rápidamente a una balsa de socorro, según ha explicado su armador, Francisco Freire, de Pesquera Loira. Los cuatro marineros y el biólogo que salvaron sus vidas relataron antes de ser trasladados a sus domicilios, donde ya descansan, que todo ha sido muy rápido. “Muy poco después de que se produjera el impacto, el buque zozobró”, ha relatado el armador, quien ha rechazado la hipótesis de que el accidente se debiera a una mala maniobra del arrastrero.
El gerente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Marín, Juan Carlos Martín Fragueiro, ha asegurado que el buque estaba dotado de todos los medios exigidos por la normativa de seguridad marítima, y que llevaba encendido el AIS, un dispositivo que permite conocer la ubicación exacta del barco. También ha indicado que las embarcaciones están dotados de una caja azul con la que se puede reconstruir el recorrido realizado desde que zarpó del puerto. En el momento del impacto, el Mar de Marín no se encontraba realizado maniobras de pesca, sino de navegación.
Este accidente es el segundo naufragio con víctimas mortales de un pesquero gallego en menos de un mes, después de que el Santa Ana, con base en Muros (A Coruña), se fuera a pique frente a la costa asturiana el 10 de marzo, provocando siete muertos y un desaparecido. El anterior siniestro marítimo de similares proporciones de un pesquero en Galicia se remonta a 2008, cuando fallecieron tres marineros y desaparecieron otros cinco en el naufragio del Rosamar, un buque portugués con base en Burela (Lugo).
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