El Torrejón, bajo sospecha
Los vecinos de un barrio desfavorecido de Huelva preparan movilizaciones para reclamar las obras incluidas en un plan de rehabilitación que investiga Fomento
José Ángel Wert, vecino del Torrejón, un barrio desfavorecido de la capital onubense donde residen 5.000 personas, se armó de valor y sumó 1.000 firmas de ciudadanos de esta barriada a su denuncia por el deterioro que estaban sufriendo los pisos tras el abandono de las obras, hace dos años y medio, del Plan de Rehabilitación de la Junta de 2008. José Ángel Wert se plantó con ellas ante la Consejería de Fomento y Vivienda que dirige Elena Cortés, de IU, partido que forma Gobierno con el PSOE en Andalucía. Este departamento ha abierto una investigación y los vecinos convocan más movilizaciones.
“El barrio parece un campo de batalla”, remarca Wert. Las viviendas presentan un estado “lamentable”, añade Juana Torres, quien regenta uno de los bares ubicados en la avenida de la Flores, la arteria principal que cruza la barriada. “Aquí vivimos familias de todo tipo y nos tienen olvidados. Hay personas que viven en condiciones infrahumanas”, remarca Torres.
A las protestas se van sumando más y más vecinos. “Los pisos presentan problemas de humedad, el agua se cuela en los edificios, las paredes están desconchadas y las obras están inacabadas”, se queja Antonio Delgado. “Yo tengo hongos en casa y lo he denunciado pero como si nada”, reclama otra vecina. “Yo invitaría a Susana Díaz a que visitara las obras y viera en qué estado vivimos aquí”, subraya Antonio Delgado. Otro vecino se pregunta qué ha sido de los 60 millones que la Junta recibió para acometer el plan: “Las casas han quedado peor que al principio. Si sabían que no lo iban a terminar, ¿para qué empezaron las obras?”. “Para mí que ese dinero se ha esfumado”, relata Antonio Delgado. Juana Torres remacha: “Los problemas políticos no son de nosotros, son de ellos. A nosotros nos importa nuestra situación que damos pena en la situación en la que tenemos que vivir”.
El ambiente en la barriada se ha caldeado a raíz de que la secretaria general de la Vivienda, Amanda Meyer, reconociera que las obras están paralizadas y que su departamento investiga si se han producido irregularidades en la gestión de ese plan de rehabilitación de viviendas cuando gobernaban los socialistas. Las actuaciones se paralizaron cuando la empresa adjudicataria cayó en concurso de acreedores en 2011. Hasta esa fecha, la compañía había actuado en ocho promociones. Seis de ellas llegaron a terminarse, pero las viviendas han presentado desperfectos una vez acabada la intervención y en otras dos, las obras están inconclusas.
La investigación se abrió, según fuentes del caso, cuando la Consejería de Fomento, ya en manos de Elena Cortés, de IU, revisó en 2013 el contrato de la empresa para realizar un nuevo presupuesto y sacarlo a licitación. Aunque el Plan de Rehabilitación de la Junta tiene un montante global de 60 millones de euros, las obras investigadas corresponden a una fase por valor de 10.000.000 euros.
Los vecinos preparan una concentración para el 26 de febrero mientras se ha prendido la mecha de la confrontación política entre IU y PSOE, socios de Gobierno. El plan de rehabilitación comenzó cuando el portavoz municipal del PSOE y probable candidato socialista a la Alcaldía, Gabriel Cruz, era delegado de Obras Públicas y luego de Vivienda con Juan Espadas como consejero.
Cruz se ha defendido que “la revisión obedece a proceso administrativo habitual” mientras el coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, ha precisado que “IU no se siente heredera de las políticas del PSOE”.
El PSOE de Huelva explicó lo ocurrido en clave electoral con el argumento de que la encuesta del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) había puesto “nerviosos” a los dirigentes de IU y han respondido “haciendo oposición a la oposición”, afirmó el secretario de Organización del PSOE, Jesús Ferrera.
El alcalde, Pedro Rodríguez, criticó al PSOE por condenar a los vecinos del barrio “a vivir en casas que no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad”.
En otro clima diferente hablaron ayer del asunto el secretario provincial del PSOE, Ignacio Caraballo y el coordinador de IU, Pedro Jiménez. Ambos rebajaron el desencuentro a categoría de “rifirrafe normal en la vida política”.
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