Tatuajes al desnudo
La cantante, artista de burlesque y dj reparte su día a día entre estudios de grabación, escuelas de baile y canto o bares donde pinchar con amigos
1. Teatro La Latina. Donde actúo con The Hole 2. Es el primer teatro europeo que dedica su espacio a un espectáculo de burlesque. Además, ha sido de Lina Morgan, una pasada. Si en la primera parte mirábamos mucho al extranjero, esta es mucho más cañí (plaza de La Cebada, 2).
2. Subterfuge. Mi compañía desde los 18 años. Todas las bandas por las que he pasado han salido de esta firma: Krakovia, The Lucky Dados y el primero en solitario, que es 100% Vinila. Donde me entrego desde el corazón y las entrañas (Almirante, 30).
En el agujero
La granadina Irene López Mañas (Peligros, 1986) lleva más de diez años ejerciendo de artista multidisciplinar y nueve desde que se afincó en Madrid. Ahora publica un nuevo sencillo con su álter ego, Vinila Von Bismark, mientras participa en la segunda temporada de The Hole, un espectáculo de música, cabaret y acrobacia.
3. Cafetería Living in London. Tiene de todo. Es cafetería y tienda: puedes probar magdalenas de colores, pero también comprar la vajilla que estás usando. Allí hice las fotos para la portada de un libro de María Hernández. Es un sitio muy chulo, con una decoración muy pastel y mucho rollo años cincuenta (Santa Engracia, 4).
4. Estigma Tattoo. Es mi estudio de tatuajes de confianza. Lo lleva mi amigo Pablo Ash, mexicano, superfamoso y muy guay. Es muy bueno y es capaz de hacer de todo, desde dibujos de motivos chicanos hasta otros más realistas. (Valverde, 26).
5. Hit Boutique. Son los estudios del compositor David Kano, donde acabo de grabar el single Snake. Él se encargó de la producción de mi primer grupo. El sitio es relativamente nuevo, consigue muy buen sonido y tiene luz natural, que es lo que más se agradece (Marqués de Urquijo, 6)
6. Bel Alzamora. Es la bailarina y coreógrafa que me ayuda a trabajar mi cuerpo. Ejerce de coaching, de profesora. Trabajo toda la expresión corporal y me ayuda a experimentar sobre mis propios límites. Llevo dos años acudiendo a su espacio (Luis Gómez, 8).
7. Local de ensayo A Tocar. Patricia Olmedo mi profesora de canto. Para mí, es la mejor. Lleva a Pucho, el cantante de Vetusta Morla, o a La Mala Rodríguez. Desde que empecé a trabajar con ella, fue directa a mis problemas de canto. Además, acompaña el ejercicio de la voz con un estudio corporal muy importante que se complementa con mi coaching de físico porque todo está conectado. No hay más que verlo en The Hole 2, que canto, bailo y me despeloto (Ferraz, 77).
8. Coconut Bar. Es de mi amiga Silvia Superstar, exlíder de los grupos Aerolineas Federales o Killer Barbies. Voy a tomar el primer cóctel de la noche y a pasar un rato. Mi preferido es la piña colada. También ofrecen tarta de chocolate y batidos. Hay muy buena atmósfera y está ambientado en los cincuenta, con buena música de la época (San Roque, 14).
9. El Fabuloso. Es la continuación natural del Coconut. Me voy con Silvia y pinchamos. Es un sitio donde lo que pega es rock, que encima es lo que a mí me gusta. Suelo poner la música en función de lo que me pide el lugar y aquí no tiene cabida electrónica u otro estilo. (Estrella, 3).
10. Chopper Monster. Tiene ropa pin-up y me gusta ir a por vinilos. Nunca te equivocas. Y siempre pillo algún capricho: llaveros, bolas de billar negras, con el número ocho... Tienen su propia marca de ropa y venden bicicletas. Es de los pocos sitios en los que arriesgo al comprar. Me dejo guiar. El dueño me aconseja sobre discos y, aunque me deja escucharlos, me suelo fiar (Corredera Alta de San Pablo, 21).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.