La orquesta del Palau de les Arts rechaza el pacto del ERE y se queda en minoría

El 62% de la plantilla del Palau de les Arts apoyó ayer mayoritariamente el acuerdo alcanzado entre el comité de empresa y los negociadores de la consejería de Cultura a propósito del expediente de regulación de empleo (ERE). Para los 161 trabajadores que votaron sí, es lo menos malo. Y tienen argumentos para pensarlo: la cifra de despidos ha disminuido de los 117 trabajadores iniciales a 40, aunque se acepta o bien un cambio contractual de indefinido a fijos discontinuos con dos meses al año en el paro o bien una reducción de la jornada anual en 300 horas con 12 pagas anuales. El Palau cerrará tres meses al año. Hubo un voto en blanco y otro nulo.

Para los 97 trabajadores que votaron que no, las cosas son diferentes. Entre ellos se encuentra la gran mayoría de los músicos que componen la Orquestra de la Comunitat Valenciana. Los intérpretes manifestaron en la asamblea previa y en reuniones su oposición al acuerdo, según varias fuentes consultadas por este diario. Y no es una cuestión baladí, porque la orquesta es uno de los pilares fundamentales sobre el que se ha edificado el prestigio del teatro de la ópera valenciano y sobre el que se asienta su proyecto musical. Así lo ha expresado en múltiples ocasiones la intendente del Palau, Helga Schmidt.

El rechazo de los músicos abre, en consecuencia, diversos interrogantes sobre el futuro de una formación que ha recibido los parabienes de la crítica especializada hasta el punto de ser considerada una de las mejores de España, si no la mejor, a pesar de su juventud.

Aunque el goteo de fugas de la orquesta ha sido constante, conforme el presupuesto ha ido menguando y se han marchado batutas como la de Lorin Maazel, el nivel de calidad en su sonido se ha mantenido. Ahora bien, con el empeoramiento de las condiciones laborales, puede variar la actitud de los intérpretes que antes hacían oídos sordos a ofertas de reputadas orquestas internacionales. Sobre todo la de los extranjeros.

La orquesta siente que ha cedido en numerosas ocasiones y, sin embargo, no se le ha tenido en cuenta su especificidad en las negociaciones en un colectivo único de trabajadores con intereses a veces divergentes.

Los 56 miembros de la formación pasaron por pruebas internacionales de selección, mientras que buena parte de la plantilla del Palau, principalmente en Administración, fue contratada directamente a dedo, lo que provocó denuncias de enchufismo. También es cierto que no se contemplaban músicos entre los despedidos

El acuerdo fue saludado como “un mal menor, teniendo en cuenta la situación de la Generalitat y de su sector público”, señaló CC OO, satisfecho por la no integración en CulturArts. “Este acuerdo, con el duro ajuste y sacrificio para el personal, debe servir para garantizar la continuidad y viabilidad del Palau”, añadió el sindicato, integrante del comité junto a Intersindical, UGT y CGT. Este último se descolgó del acuerdo por el “deterioro de las condiciones de trabajo” y por el derroche de la Generalitat que ahora hace pagar a los trabajadores. La consejera de Cultura, María José Catalá, destacó la importancia de alcanzar un acuerdo.