La crisis reduce a la mitad las adopciones en la perrera más antigua de Barcelona, saturada por el aumento de abandonos de animales.
Cachorros en adopción de la Liga per a la Protección de Animales y Plantas en Barcelona, atendiendo al exterior de la jaula. El principal objetivo de esta asociación es el de socorrer a perros y gatos en situación de desamparo, maltrato o abandono.Toni FerragutPerro adulto en una de las jaulas de la perrera, que olisquea a los visitantes. La Liga abrió sus puertas a mediados de los años 40. En sus instalaciones acoge a los animales hasta que encuentren un lugar definitivo.Toni FerragutLos gatos reposan sobre una de las casetas del recinto. El tejado está recubierto de arena para que los felinos puedan descansar. En un primer plano, se encuentra un Palacete privado. Al fondo, se observa Barcelona con la Torre Mapfre y el Hotel Arts. La Liga proporciona un techo bajo el que dormir, alimentos, paseos diarios y atención diaria.Toni FerragutVoluntaria realizando tareas de mantenimiento en la perrera. La asociación dispone de un equipo de siete personas en plantilla -incluida una veterinaria- y cerca de 200 voluntarios, fijos o temporales.Toni FerragutCachorro anhelando un nuevo hogar. Un centenar de perros conviven en la protectora esperando a ser adoptados.Toni FerragutUna candidata a adoptar de uno de los perros que viven en la protectora señala a un dálmata. Aunque las adopciones están cayendo en picado, la filosofía de la protectora no ha cambiado. Intenta buscar una mejora en las condiciones de vida de los animales y disminuir su sufrimiento.Toni FerragutLa directora del centro muestra un posible candidato a ser adoptado por una familia barcelonesa.Toni FerragutLa directora de la Liga muestra algunos de los gatitos abandonados, dentro de una caja para mascotas. Un total de 300 gatos conviven en las instalaciones de la protectora.Toni FerragutUn voluntario de la Liga acompaña a pasear a algunos de los perros. El can galopa por las escaleras, presa del entusiasmo.Toni FerragutEsbelta silueta de una gata junto a la pancarta de una de las campañas de voluntariado. Al fondo, se encuentra la costa barcelonesa. La asociación pervive gracias a las cuotas de socios, los apadrinamientos, las adopciones y algunas donaciones esporádicas.Toni Ferragut
