Un policía nacional alertó de que había sobreaforo en el Madrid Arena
El agente, que estaba fuera de servicio, atendió a una de las jóvenes fallecidas
Un policía nacional de 24 años avisó a los empleados del pabellón Madrid Arena de que había demasiada gente en la pista y que deberían de avisar a las Unidades de Intervención Policial (UIP, los antidisturbios) para solucionarlo. Este agente fue uno de los que atendió a una de las víctimas, posiblemente Belen Langdon, junto con un policía municipal.
El policía ha declarado esta mañana como testigo ante el titular del Juzgado de Instrucción número 51, Eduardo López-Palop, y el resto de las partes personadas en el caso Madrid Arena. El funcionario, del que no ha trascendido su nombre, ha afirmado que se sentía de los más mayores de la fiesta, pese a su juventud. Según su testimonio, estaba llena de menores.
Él mismo estuvo hablando con personas que llevaban el chaleco amarillo y se dedicaban a la seguridad dentro del recinto (supuestamente de la empresa Kontrol-34) y les dijo que se deberían reducir el número de personas que había en la pista.
Uno de los responsables de los chalecos amarillos le reprochó sus recomendaciones, poniéndole incluso el puño en alto: “¿Qué pasa, que te crees mejor que nadie porque tienes una placa?”, le soltó. El policía tuvo que salir de la pista no sin dificultades y se marchó a la planta superior. Fue entonces cuando vio la mortal avalancha. Primero pensó que se trataba de una reyerta, ya que la gente salía corriendo por los laterales del vomitorio. También ha relatado que había mucha gente y que la capacidad estaba sobredimensionada, según han explicado los abogados de las partes a la salida de la declaración.
Al poco bajó y ayudó a un policía municipal que también estaba fuera de servicio a reanimar a una de las chicas. Después se hicieron cargo los servicios del SAMUR. El policía ha relatado que las consecuencias podrían haber sido aún mucho peores porque hasta las escaleras estaban abarrotadas.
El agente ha explicado a su salida del juzgado que él se limitó a hacer “una labor humanitaria” y que practicó la reanimación cardiopulmonar a una de las chicas. No ha querido responder a más preguntas ya que ha restado importancia a su actuación.
Las declaraciones continuarán mañana con nuevos testigos. Comparecerán un amigo que estuvo con tres de las jóvenes fallecidas y el subinspector Emilio Rodríguez Corral, superior jerárquico de la jefa de la Unidad de Moncloa-Aravaca, Cándida Jiménez, encargada de la seguridad por parte de Policía Municipal en el Madrid Arena. Este mando tendrá que confirmar si dio la orden verbal a Jiménez para que elevara el nivel de riesgo de la fiesta de Halloween de forma que pasara de medio a alto.
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