Ciscar exhibe su poder en el feudo de Alicante y mira de reojo a Valencia

El vicepresidente del Consell, José Ciscar, se dio este lunes en Elda un baño de masas orgánico, aclamado por cientos de delegados del partido en la provincia de Alicante. Ciscar, que preside el PP alicantino desde hace un año, exhibió músculo durante la efeméride en un momento en el que los diversos caso de corrupción han puesto el partido en una situación de máxima debilidad.

El exalcalde de Teulada inició su intervención con una cálida ovación por parte del público que abarrotaba el auditorio Adoc de Elda, algo más de 600 personas sobre todo muchos cargos públicos. El presidente del PP exaltó la “renovación tranquila” que ha experimentado el partido en la provincia y se atribuyó haber logrado que aumentara la militancia en 1.932 nuevos afiliados, lo que sitúa a Alicante la segunda provincia con mayor número de afiliados detrás de Madrid, un total de 72.000.

También tuvo palabras para los que se han dado de baja del PP en los últimos meses: “Adiós muy buenas, nosotros queremos gente del PP porque el proyecto está por encima de los personalismos”.

Con todo, admitió las dificultades del momento político actual y pidió a los militantes que salgan a la calle “con la cabeza alta porque el PP no es Bárcenas”. Con los diputados autonómicos imputados Sonia Castedo y Luis Díaz Alperi en el auditorio, insistió en la tolerancia cero del presidente Alberto Fabra contra la corrupción: “Somos los más interesados de que cuando se demuestre que alguien ha metido la mano en la caja, que pague por ello, y no se nos puede medir a todos por el mismo rasero”.

Fabra insiste en la unidad del PP como tabla de salvación

Ciscar, cuyo protagonismo proyecta su sombra sobre Fabra, brindó todo su apoyo al presidente, que le acompañó en el acto junto al vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano: "El PP siempre está y estará a tu servicio", aseguró. Fabra, dirigiéndose al auditorio, recordó que la confianza se debe “ganar cada día”. Y puso el énfasis en que en unos momentos de máxima dificultad, por la crisis económica y la corrupción, la única tabla de salvación para el PP es exhibir “unidad, fuerza y responsabilidad”.

Fabra, que definió a Ciscar como una persona “comprometida, inteligente, capaz y que genera confianza”, apeló a la unidad del PP para salir de esta delicada situación y conjuró a los presentes para lograr un partido “fiable, responsable y creíble”. En ese sentido, pidió a los militantes que trabajen para las próximas elecciones europeas “como si fueran unas municipales”.

Ciscar a los que dejan el partido: “Adiós muy buenas”

El presidente del PP alicantino, que acumula un gran poder institucional como vicepresidente del Consell, se ha encargado de domar a los pocos zaplanistas que quedaban, poner en marcha un relevo generacional y frenar las aspiraciones de Sonia Castedo, que pretendía colocar a uno de sus fieles en la presidencia local del PP en Alicante. Pero al final no hubo elecciones y Ciscar optó por una decisión salomónica: trocear el PP de la capital en varias juntas de distrito para evitar líos internos y que surgiera un contrapoder. Para celebrar su primer año al frente del PP, esquivó la capital Alicante, donde su alcaldesa está imputada en el caso Brugal, y se fue hasta Elda. Ciscar cuenta con el apoyo de José Juan Sánchez Zaplana, un hombre de confianza de la presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, que es el que realmente le lleva el partido en la provincia.