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Sofá, vinito y Leiva tocando en el salón

Una empresa organiza un concierto para medio centenar de afortunados en un domicilio particular... de lujo

Concierto de Leiva en un domicilio particular ante medio centenar de espectadores.
Concierto de Leiva en un domicilio particular ante medio centenar de espectadores.CLAUDIO ÁLVAREZ

Tarde noche del jueves en la calle de Granada, junto a Menéndez Pelayo. Un hombre de aspecto apocado repara en la inopinada presencia de chavalería, con inmensa mayoría femenina, frente a un determinado portal. Traga saliva, pero su curiosidad es más poderosa que la timidez:

— ¿Ahí dentro hay un cásting?

La interpelada rebusca un corazoncito en su bolsa de gominolas antes de responder:

— Bueno, no. Es... un evento.

El evento es un concierto privado de Leiva para medio centenar de afortunados en el salón de un domicilio particular. La idea surge de una multinacional tecnológica que sorteó 24 invitaciones dobles entre los usuarios de su página en Facebook. Ahora bien, el concepto “domicilio particular” difiere mucho de lo que entendería el común de los inquilinos. Los patrocinadores no han alquilado la vivienda del portero, sino un auténtico casoplón. A Calparsoro le habría servido para su última película: el hábitat incluye sala de billar, piscina climatizada, una réplica de Eduardo Úrculo, sofás larguísimos y una cocina más grande que la casa de los abuelos en el pueblo. En la tarima sobre la que se dispondrán Leiva y su hermano, Juancho, hay espacio para un completo muestrario de los aparatitos que fabrican los anfitriones. Y hasta una moto Gucci, puestos a fardar.

Los horarios previstos no se cumplen, pero a nadie le importa: hay cerveza y vino blanco y tinto para amenizar la espera.

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El ex de Pereza, profesional y brillante, se marca una docena de bonitas versiones acústicas de su repertorio. Pero antes protagonizó un diálogo involuntariamente cómico con el patrocinador:

— ¿Qué sientes en un sitio así?

— Todavía no lo sé, porque no hemos empezado...

— ¿Con qué nos vas a deleitar?

— Bueno, con... ¡canciones!

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