Madrid anticipa nuevos ajustes para pagar otra tanda de facturas pendientes
La alcaldesa afirma que se acogerá al nuevo plan del Gobierno si cumple los requisitos Volvía a deber 1.000 millones apenas seis meses de recibir 1.000 millones para recibos impagados
El Ayuntamiento de Madrid (Partido Popular) recibió en pasado verano 1.017 millones de euros para abonar 16.712 facturas que debía a unas 1.700 empresas por labores como la recogida de basuras, el alumbrado público o la limpieza de calles, pero también por servicios sociales, obras públicas, etcétera. Pese a que la ley le obliga a pagar los recibos en 60 días, el plazo medio municipal de pago era entonces de un año.
Para aliviar el daño que eso provoca a las empresas, muchas de las cuáles se ven forzadas a la quiebra y a despedir a trabajadores por los retrasos en el pago de las Administraciones públicas, el Gobierno aprobó la pasada primavera un mecanismo por el que los bancos pagaban esas facturas de inmediato, y luego municipios y comunidades autónomas abonaban a los bancos en un plazo de 10 años y con intereses. Esos 1.017 millones recibidos por la capital deberían haber servido para poner su deuda comercial a cero. A cambio, la deuda financiera se disparó hasta los 7.430 millones.
Sin embargo, el Ayuntamiento cerró el año pasado con 993 millones pendientes de pago a empresas y ONG. Es decir: nada más ponerse a cero, volvió a dejar de pagar sus facturas. Consciente de que la situación de muchos municipios, y no sólo la de Madrid, sigue siendo crítica, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (PP), anunció esta semana otra nueva ronda de financiación para pagar las nuevas facturas pendientes. Eso sí, a cambio exigirá que municipios y autonomías se comprometan a partir de entonces a pagar en 30 días.
La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) acogió de forma "positiva" el anuncio de Montoro, y esta mañana la alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP), ha asegurado que se acogerá también a este mecanismo de pago, en caso de cumplir los requisitos necesarios para hacerlo. Eso disparará aún más la deuda de la capital a los bancos, hasta acercase a los 10.000 millones de euros.
En la liquidación del presupuesto de 2012, el Ayuntamiento de Madrid debía 7.430 millones a los bancos. A esa deuda se tiene que sumar la de la Empresa Municipal de Transportes y la de Madrid Espacios y Congresos (472 millones). Además, adeuda al Estado 462 millones por las devoluciones de las transferencias de 2008 y 2009. En total, 8.364 millones. Además, el Ayuntamiento debía 993 millones a empresas y ONG; y las empresas municipales, otros 124 millones más. En total, 1.117 millones en obligaciones de pago pendientes. Sumado todo: 9.481 millones de euros.
Deber dinero a los bancos es sin duda diferente a deber dinero a empresas. Con las empresas, el Ayuntamiento se permite infringir la ley y pagar sus deudas con seis meses de retraso si hace falta, presumiendo incluso de que es menos que el año de retraso del que hacía gala hace poco. A los bancos se les paga en tiempo y forma, sin medio día de retraso. Lo otro es ilegal. Esto sería inconstitucional. Pero hay más diferencias. A los bancos, se les paga con intereses; a las empresas, en cambio, por principio no se les paga intereses de demora a menos que un juez le obligue a hacerlo.
En 2013, el Ayuntamiento de Madrid tenía previsto pagar 733 millones a los bancos, y 322 millones más de intereses. En 2014, 805 millones más 296 millones de intereses. Si, con el nuevo mecanismo de pago, tuviera que añadir 500 millones más a su deuda, supondría incrementar esos pagos en una media de 50 millones anuales, más otros 17 millones por los intereses.
El pago de los 1.017 millones en facturas atrasadas del año pasado obligó al Ayuntamiento a aprobar un plan de ajuste (subidas fiscales, recortes en servicios a los ciudadanos, bajadas de salario a los funcionarios) de 274 millones. Además, paralizó obras y otros gastos hasta lograr un ahorro total de 492 millones. Este año, aún le quedaba la segunda parte del recorte: 354 millones. Ahora, a esos ajustes se tendrán que sumar presumiblemente los necesarios para hacer frente al nuevo pago de facturas pendientes.
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