Un tanatorio concedido de boquilla
El centro funerario de Velilla de San Antonio lleva funcionando seis años sin el debido concurso público, tan solo con “un acuerdo verbal” entre el anterior gobierno municipal y la empresa que lo gestiona
Hay negocios imperturbables a las crisis. Negocios a los que las turbulencias económicas no les pasan factura. Negocios como el del más allá, imposible de regatear y especialmente redondo como es el caso del tanatorio de Velilla de San Antonio (12.000 habitantes), cuya gestión se concedió sin concurso público hace seis años a la empresa Servicios Funerarios Núñez. Tan solo mediante “un acuerdo verbal del anterior Gobierno municipal, del PSOE”, según reconoce el actual alcalde, Julio Sánchez Alarilla (PP), que lleva tres años en el cargo.
La denuncia de la situación por parte del portavoz local de UPyD, Pedro Chamón, ha animado al Consistorio a solucionar justo ahora el entuerto: este viernes se han aprobado en la comisión de portavoces del ayuntamiento los pliegos del concurso público al que saldrá el tanatorio municipal. Tras seis años en el limbo, la concesión será en principio por 10 años a cambio de 70.000 euros. Siete mil al año.
Nadie conoce el acuerdo existente entre la empresa que lo gestiona y el Ayuntamiento. Ni las condiciones de cesión, ni el plazo ni el beneficio económico. Se remontan a la “herencia recibida” por la gestión de la anterior alcaldesa, Lola Agudo (PSOE). “Yo creo recordar que se abrió un expediente y se concedió a una empresa de la zona, pero no lo recuerdo, han pasado seis años... Yo, como alcaldesa, estaba encima de todo, pero había un concejal que se encargaba en concreto de estas cosas”, se explica Agudo, que fue seis años alcaldesa.
En 2009, Izquierda Unida la acusó de corrupción. Un año después fue expulsada de su puesto por una moción de censura en una alianza atípica entre IU y el PP. El juzgado número 2 de Coslada investiga a la exregidora por delitos de prevaricación, estafa, omisión de perseguir delitos y tráfico de influencias según la denuncia que presentó IU.
“Existe solo ese acuerdo verbal... ¡Es que no hay otra cosa! Es lo que nos hemos encontrado cuando hemos llegado aquí. Hay un acuerdo verbal de un concejal de Hacienda, de servicios generales, con una empresa… Y es lo que tenemos. ¡Es que no tenemos un papel! Hay que subsanar esta deficiencia, saldrá a concurso”, decía el alcalde en el pleno del pasado 30 de enero. Alarilla justifica que no ha actuado antes “porque el secretario del ayuntamiento de toda la vida, que llevaba veintipico años, se fue al poco de la llegada del PP y desde entonces ha costado hacerse a la situación, porque en este tiempo no ha habido un secretario fijo”. “Pero hace un año ya abrimos un expediente para regularizar la situación”, se justifica.
“El alcalde nos contestó también que por eso se aprobó en noviembre de 2012 la Ordenanza Reguladora de Funcionamiento del cementerio y reconoció que pese a la herencia irregular recibida, la empresa no reporta ningún beneficio al Ayuntamiento”, interviene Chamón, que denuncia que “desde el año 2006 el Ayuntamiento se ha hecho cargo de gastos de mantenimiento como luz o maquinaria, sin reportar ningún ingreso a las arcas municipales porque el beneficio es en un 100% para la empresa privada que lo gestiona”.
Servicios Núñez, la empresa privada que gestiona el Tanatorio de Velilla, empezó a cobrar en 2007 entre 200 y 300 euros por servicio de sala. Mientras, el Ayuntamiento asumía el pago del suministro de energía eléctrica (447,90 euros) o el de mantenimiento y conservación (unos 1.800), según los presupuestos de 2011. “Que estén presupuestados no quiere decir que estén ejecutados”, rechaza Alarilla. “Todo esto es una cuestión heredada que ya estamos enmendando… Pero las reparaciones, el mantenimiento del tanatorio y también del cementerio lo está haciendo la empresa. Si se rompen los cristales, lo pagan. No nos aportan beneficio pero no nos cuesta y nos mantiene el cementerio limpio”, insiste. Velilla contó con un presupuesto de 11 millones de euros hace dos años. Desde entonces están prorrogados.
El responsable del tanatorio, Demetrio Núñez, reconoce que no se hicieron bien las cosas en su momento: “Pero a mí me lo dieron hecho así. Ya les dije que eso estaba todo liado”. Dice que le llamaron porque tiene más de 40 años de experiencia en el negocio y que espera que la situación se resuelva cuanto antes. “Yo no he parado de gastarme dinero en esto. He reparado las averías en las cámaras frigoríficas, las goteras, he pintado varias veces... Doy de comer a cuatro familias. No vayan a pensarse que yo me forro con esto. Que yo no tengo donde caerme muerto”, se despide el encargado del cementerio.
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