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Un belén precintado por impago

En el nacimiento de Xermade, María entrega al niño Jesús a la beneficencia porque no tiene recursos

Un vecino del pueblo ultima los detalles del belén de la parroquia de Momán, en Xermade (Lugo)
Un vecino del pueblo ultima los detalles del belén de la parroquia de Momán, en Xermade (Lugo)Eliseo Trigo (EFE)

La entrada del portal de Belén de Momán de Xermande (Lugo) está precintada. Una cinta policial impide la entrada a los pastores y el suelo del pesebre está lleno de pegatinas de la plataforma Stop Desahucios. Los tres Reyes han dado media vuelta rumbo a Oriente sin soltar el oro y demás presentes, y a la Virgen, una madre humilde y sin recursos, no le ha quedado más remedio que entregar al Niño Jesús a San Antonio, el patrón de la beneficencia. Los ángeles vagan desorientados por un portal vacío en donde tampoco hay rastro del buey y la mula, desterrados este año por el Vaticano porque, tras siglos de tradición, por lo visto estaban fuera de lugar.

Detrás de este belén tan particular está un cura muy poco convencional, conocido por sus críticas mordaces a los privilegios de jerarquía eclesiástica y que habla sin tapujos de cuestiones espinosas para un párroco católico como el aborto, la homosexualidad o un celibato que él defiende como opcional.

A Luis Rodríguez Patiño (A Coruña, 1955) se le ha ocurrido que este año de profunda crisis, el tradicional belén de las iglesias debe ser el reflejo de lo que está pasando en la calle. Familias desahuciadas y padres sin recursos que tienen que recurrir a la caridad para alimentar a sus hijos. “Después de haber luchado tanto por construir el Estado de Bienestar, hemos vuelto al Estado de la Beneficencia”, opina. Diplomado en Trabajo Social, Patiño opina que la caridad “es una herramienta de control dentro de un aparato ideológico” que retrotrae a la sociedad hacia décadas muy fúnebres. Este cura, que estudió Filosofía, Derecho, Políticas y llegó a matricularse en Medicina para ser “más útil”, se ocupa de cinco parroquias – Momán (Xermade), Alto y Val de Xestoso (Monfero), Labrada (Guitiriz) y Cambás (Aranga)- repartidas entre A Coruña y Lugo y que pertenecen a los obispados de Mondoñedo-Ferrol las cuatro primeras, y al de Santiago la última.

Con la ayuda de sus feligreses, este cura rebelde y archiexpedientado por sus ocurrencias, ha montado cuatro belenes poco ortodoxos en las iglesias y capillas de su competencia (Momán, Cambás, Val de Xestoso y Labrada) que han recibido más visitas que nunca esta Navidad aunque sus métodos disgustan a la curia episcopal. “Jesús, María y José serían unos desahuciados más”, sentencia.

En su imaginario, los bueyes son los banqueros y la mula, los políticos. Ha instado al Vaticano a que excomulgue a dos colectivos que, a menudo, “presumen de ser buenos cristianos”. También ha pedido a los policías que acude a sus misas que no empleen la violencia en los desahucios y ha escrito a otros sacerdotes para que se abstengan de mentar a Israel en sus sermones. “Los judíos sufrieron con los nazis y ahora hacen sufrir. De padres maltratadores, hijos maltratadores”, reflexiona Patiño, que tampoco escatima críticas a Barack Obama, 'premio Nobel de la paz' -subraya- por consentir los desmanes de Israel en Oriente Medio.

Por sus polémicas declaraciones, el Obispado le ha abierto decenas de expedientes y lo “desterraron” a varias parroquias rurales del interior. A Patiño no le importó. Fundó una Universidad senior y el primer Consejo de Ancianos de España, y está detrás de la tractorada que promociona los grelos de Monfero. “Hace tiempo que ya me dejaron por imposible”, ríe.

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