“Los poderosos han iniciado una nueva lucha de clases”
Entrevista a Eddy Sánchez, nuevo coordinador general de Izquierda Unida Madrid
Eddy Sánchez (Maracay, Venezuela; 1973) se afilió a los 13 años a la Juventud Comunista y entró con 18 en Izquierda Unida. Experto economista, este vallecano de adopción es desde principios de diciembre el nuevo coordinador general de IU Madrid, en lugar de Gregorio Gordo, que permanece como portavoz en la Asamblea. “No hay un problema en que haya una bicefalia, se ha buscado a propósito porque así abarcamos más espacios... Represento un cambio pero sin romper internamente a IU. Madrid no está para experimentos con gaseosa”, dice Sánchez, la apuesta de su formación por la regeneración por la misma base.
Pregunta. Está vinculado al 15-M y ha destacado como activista en un sinfín de movilizaciones. ¿Se considera un antisistema?
Respuesta. Para nada, lo que sucede es que el Partido Popular intenta estigmatizar cualquier tipo de movilización. Sabe que una estrategia de movilización mantenida en el tiempo será su futura tumba electoral. Dicho esto, la plataforma del 15-M era una cosa muy pequeña en su origen, ¡una web! Pero el descontento social se canalizó por ahí. Germinó y alcanzó una dimensión definitiva cuando la policía cometió el error de desalojar Sol. Fue la respuesta de un nuevo sujeto político, joven, urbano, en la treintena, cualificado… Y en la precariedad. Yo fui uno más de los que por casualidad o por tener cierta visión estuvimos ahí. A título individual. Siempre actué como uno más, no fue una intervención partidaria.
P. ¿Asistimos a una nueva lucha de clases?
R. Sí, claramente. Estamos en una situación de cuestionamiento del sistema, de conflicto, abierto por las elites. Los poderosos han iniciado una nueva lucha de clases. Han roto la baraja con las reformas laborales, con todos los recortes presupuestarios, en definitiva con todos los pasos atrás como la recentralización. Las elites, minoritarias, para permanecer y continuar en esa situación privilegiada, han abierto esta crisis contra la mayoría. Siempre ha habido un planteamiento de las dos Españas… El eje de división de ahora está entre los que sufrimos la crisis y los que han creado la crisis. Ahí está el conflicto. Las dos Españas es eso.
“España se divide entre los que sufren la crisis y los que la crearon”
P. ¿Se está volviendo al movimiento obrero?
R. IU es lo único que hay en este país que tiene gente y conexión desde el 15-M hasta el sindicalismo de las grandes fábricas que quedan en Madrid, pasando por el Parlamento, es decir las instituciones. A nivel contemporáneo Syriza, en Grecia, es bastante similar a nosotros. Dos países que vienen de dictaduras, con una situación periférica en la UE, con dos partidos tradicionales, uno de derechas y otro que venía de lo que se llamaba el socialismo del sur de Europa y que cuando gobierna vira a una visión atlantista… Ambas éramos las organizaciones del 3% de intención de voto. En Syriza estaban en el 3,5%, subieron al 17% y luego al 23-24%. Nosotros pasamos del 3% al 7% y ahora las expectativas se duplican.
P. ¿Cómo percibe el desencanto generalizado en la calle con los políticos? Su perfil es el de técnico especialista en economía. Por no ser, no es diputado regional.
R. La espina dorsal del sistema español giraba en torno a una economía de mercado cada vez más neoliberal, sesgada y desequilibrada, muy de monocultivo y desarrollado por un modelo político agotado, basado en un bipartidismo imperfecto. Cuando se critica a la política se critica esto. ¿Mi perfil? Soy una persona más que como tantas otras pertenecen a un nuevo activismo, a una nueva forma de entender la política. Más que un político tradicional, profesional, me identifico con alguien que hace política. El típico treinteañero que se ha criado en un país en el que ha peleado con la precariedad laboral. Primero tras terminar la carrera y luego intentando consolidar una trayectoria profesional, que este país impide por un modelo económico que es el modelo político. Soy la expresión de que Izquierda Unida no se ha quedado desbordada por la crisis. Represento una vocación de transformaciones profundas… De Mayorías.
P. Habla de patear la calle.
“Las instituciones han quedado desfasadas por la crisis”
R. Los más dinámicos, los que plantean las medidas más avanzadas, lo más positivo del país, lo encontramos en la calle: todo lo que rodeó a Sol, las movilizaciones… Toda esa creatividad va por delante de unas instituciones que han quedado desfasadas por la crisis. Por eso hay que patearse más la calle, porque las instituciones no llegan a lo que pasa en ella. Ahí tiene las últimas medidas contra los desahucios. El Gobierno no intenta solucionar un problema sino desmovilizar a un sector... ¡Pensaban que el modelo económico español era eterno! Y claro, al romperse eso se han quedado sin alternativa. Descolocados, incluido el Partido Socialista, que hizo bandera de desindustrializar el país porque eso era algo atrasado y lo moderno era convertirlo en una sociedad de servicios vinculada al turismo. Y por su parte el Partido Popular mimando a sus elites que vienen del franquismo con unos presupuestos locales en torno a la construcción y el sector inmobiliario que hacen que, una vez se caiga su pilar, ellos vayan detrás. Es nuestra oportunidad de cambiar las cosas.
P. ¿Tiene la sensación de que el PSM les copia parte del discurso?
R. España ha cambiado y algunos no se han enterado. PP y PSOE han tenido una actitud continuamente electoral. Viraban en función de la estrategia electoral. Por eso en este momento lo que este país necesita es una alternativa. No es creíble planteamientos como la banca pública cuando ese mismo partido la ha rechazado, o los desahucios… Si los socialistas quieren recuperar credibilidad con un discurso social fuerte tiene un debate interno por resolver: una opción a un marco de relaciones laborales que permite el despido y la precariedad, y esa reforma constitucional con el PP… ¿La deuda es lo prioritario y todo lo demás secundario? Así no vamos a salir de la crisis. Cualquier discurso que no plantee una alternativa a estos dos ejes es retórico.
P. ¿Cuáles cree que son las prioridades del Ejecutivo de Ignacio González?
R. Sacar de la crisis a los sectores económicos aliados suyos. Ahí te cedo la sanidad como antes te cedía las autopistas. ¡Quieren ceder la explotación de un sector cerrado! Tú tienes un hospital en una comarca y la gente va ahí. No hay competencia. Es un chollo. La otra prioridad de la Comunidad es, como la del PSOE, el acreedor financiero. A costa de las pensiones, los salarios, la educación, la sanidad, la economía productiva… Destinar todos esos recursos a pagar una deuda que ellos pueden negociar. Porque la deuda que hay no la podemos pagar. Podemos negociarla, hacer una quita. Hay margen de maniobra, pero se necesita otra orientación política.
P. ¿Qué opinión le merece la privatización de la gestión de seis hospitales y de 27 centros de salud que pretende la Comunidad de Madrid?
R. La reacción, en vez de buscar un sustituto al ladrillo para reconstruir la economía, es atender a los sectores económicos aliados prioritarios del Gobierno… Y darles los servicios públicos. Sin olvidarnos de una política fiscal que es disparatada. Cuando había mucho dinero bajaron los impuestos, y ahora que estamos en crisis qué hacen, los bajan más todavía, ergo hay menos ingresos aún. Todo esto hace que la Comunidad no tenga margen de maniobra: ha decidido voluntariamente dejar de ingresar y apostar por una infraestructura social que sale más cara. Las empresas concesionarias se gastaron 700 millones y ya se les ha entregado 856. Y las concesiones son a 30 y 50 años. ¿Entonces a cuánto nos va a salir un hospital? Un 65% más caro de si lo hubiera construido el propio Gobierno. Es un fracaso made in Comunidad de Madrid, pero esto no viene de ahora. Ahí están las jornadas en el Ritz de Güemes, anterior a Lasquetty, que trataban la sanidad como oportunidad de negocio. La idea del PP es errónea, y eso que tiene a tanta gente en escuelas de negocios. Creyeron que el ladrillo seguiría permanentemente, como en Taiwán, que han estado 25 años de burbuja inmobiliaria. O Irlanda, el Tigre celta en el que también se fijaron. Pensaban que el boom inmobiliario mantendría la burbuja, y por tanto la mayoría de ingresos, impuestos ligados a la escritura de bienes inmuebles, etc. Y luego, el impuesto de patrimonio, IRPF, donaciones y tal, eliminados de facto. Con este modelo las clases más bajas podían tener un empleo, aunque fuera precario, y endeudarse en una vivienda. Y también se ganaban a las clases medias y a los sectores empresariales, a la gran patronal, a las que dejó construir hospitales y gestionarlos con una concesión. Era perfecto. Nadie se quejaba. Era el equilibrio de la primera legislatura de Esperanza Aguirre. Pero con la crisis eso se derrumbó.
P. ¿Cómo bajaría el paro?
R. Para salir de la crisis no hay recetas mágicas. Hay que hablar claro al país. Estamos en una crisis compleja, de la que saldremos es poco a poco. Ahora bien, desde ya hay instrumentos y margen de maniobra para que se cambien las bases de esta situación de paro. ¿Cómo? Claramente hay que reconfigurar las prioridades de gastos e ingresos. No es verdad que no haya recursos. Lo que pasa es que se gasta más en peajes en sombra que en I+D+i y en Universidad juntos. Y el I+D+i permitiría un sector industrial, permitiría diversificar, que si se te cae la construcción surja otro sector y tome el relevo. Existe la posibilidad de reconstruir la economía. Al final de esa cadena, está el empleo… ¿Cómo puede ser que el Gobierno de la comunidad autónoma con mayor PIB nacional decida gastarse más en peaje en sombra que en sectores punta como el biotecnológico, el automóvil, el aeronáutico, etc? ¡Solo 17 millones en I+D+i! Una reducción del 50% sobre una reducción del 36% sobre una reducción del 20%. ¿Universidad? Recortes en cuatro años del 85%... Pues eso está en los presupuestos regionales de 2013. ¿Qué futuro quieres para este país? Y su apuesta es Eurovegas, que al final es continuar en sectores que los países que los han probado lo están abandonando, y que nos va a suponer dilapidar recursos que no van en la dirección concreta. Respecto a los ingresos, si te gastas más en exenciones fiscales y uniformes para colegios privados que en personal educativo... Claramente hay recursos, pero los dirigen al sitio que no es.
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