Adiós a Andreu Alfaro

Un numeroso grupo de amigos y gente de la cultura y la política despidió ayer al escultor Andreu Alfaro, fallecido el jueves a los 83 años, en un homenaje celebrado ayer en su taller de Godella.

 Los asistentes, entre los que se encontraban los consejeros de Cultura de los Gobiernos valenciano y catalán, María José Català y Ferran Mascarell, así como una nutrida y diversa muestra de políticos (Ximo Puig, Ciprià Ciscar, Carmen Alborch, Alicia de Miguel, Consuelo Ciscar o Agustí Cerdà, entre otros), y representantes de la cultura (Miquel Navarro, Rossana Pastor, Paco Muñoz, Eliseu Climent...) desfilaron ante el féretro minimalista con los restos mortales de Alfaro, ubicado en su estudio, para rendir el último homenaje al que ha sido uno de los más singulares escultores contemporáneos españoles.

El emotivo acto, conducido por sus hijos, Andrés, Anna y Carles, fue asimismo un homenaje a la mujer del escultor, Doro Hofmann, fallecida el pasado 9 de octubre tras un trepidante cáncer. El profesor y exdirector del IVAM, José Francisco Ivars, destacó la férrea convicción de Alfaro para hacerse un camino propio, escapando al destino que tenía marcado en la industria cárnica de su padre, y elogió su racionalismo frente al barroquismo de su entorno.

El cantante Raimon, que mantuvo una intensa relación con el escultor, muy interactiva artísticamente, subrayó su amistad desde la primera vez que cantó en la tasca Casa Pedro de Valencia, junto al periodista Vicent Ventura. “Aunque el dolor es más fuerte que la voluntad”, dijo, exhortó a los presentes a “estar contentos por haber gozado de su persona”. Raimon admitió que no podía cantar en esas circunstancias, aunque sí recitar los versos que le dedicó en la canción Andreu, amic. Tras su intervención, los hijos del escultor cumplieron con el tercer deseo musical de su padre (los dos primeros fueron El cant dels ocells, de Pau Casals, y el aria Caro mio ben, de Giuseppe Giordani): la canción Andreu, amic, de Raimon.